A VER, ¿QUÉ PASA CON LOS PISOS DE ALQUILER EN ESTA CIUDAD?

Gros, además de surfistas, tiendas de barrio, bares de pintxos y el único cine en versión original de la ciudad, cuenta con una enorme concentración de agencias inmobiliarias. ¿Cuántas habrá en el rectángulo que forman las Avenidas de Navarra, Ategorrieta, Zurriola y el paseo Ramón María Lili? ¿20, 30, 40? No lo saben a ciencia cierta ni los propios agentes inmobiliarios con quienes he hablado para preguntarles qué es lo que pasa con la vivienda de alquiler en Donostia: tiene el precio por las nubes y se está volviendo cada vez más escasa, no sólo en el centro sino también en los barrios de alrededores. Y todo esto en una ciudad donde según las últimas estimaciones hay un 7,6% de pisos vacíos, cerca de 7.000 viviendas a las que no se les da un uso habitacional.

Apilados como puzzles prietos en los escaparates, con fotos que en algunos casos parecen extraídos de los años 90 y las ofertas se pintarrajean con el mítico subrayador Stabilo Boss amarillo, en estas oficinas destaca un cartel con un mensaje que se repite una y otra vez: «Urgen pisos para alquiler», «Se necesitan viviendas para alquilar en Donostia», «Por gran demanda, se necesitan pisos para alquilar…». Entro en primer lugar en Enea, en la calle Segundo Izpizua, donde el diagnóstico de la situación actual es rotundo. «La clave está en los apartamentos turísticos. Lo tenemos claro. Nosotros antes teníamos pisos para alquilar y ahora sólo tenemos uno o dos. Los propietarios se acabarán cansando porque da mucho trabajo (los inquilinos rotan mucho, hay que limpiar el piso….), pero también es verdad que este fenómeno durará un tiempo porque da mucho beneficio económico». Aunque es cierto que aquí nunca han contado un gran stock de alquiler, ahora tienen menos oferta que nunca. «Antes solía haber uno o dos al mes, ahora ni eso», lamentan.

La sinopsis del alquiler en otra agencia inmobiliaria de la zona es bastante parecida. «Lo realmente necesario es la cartera de pisos de alquiler. Lo solemos comentar entre nosotras (su compañera): este año no hay nada». Y lo poquito que tienen suele dirigirse a los pisos de estudiantes en época universitaria, de octubre a junio. «Los meses de verano lo alquilan por semanas, quincenas o meses a veraneantes y eso provoca que los que quieren alquileres de larga duración no dispongan de muchas opciones». Otra de las posibles causas que apuntan es que ha habido un repunte de la venta. «Nos hemos ido dando cuenta de que clientes que antes tenían sus viviendas alquiladas lo quieren sacar en venta. Nos ha pasado con más de uno en los últimos meses».

En Gestión inmobiliaria Auzoa (calle San Francisco, 24) en cambio, no le dan demasiadas vueltas a la falta de viviendas en alquiler, aunque ellos también son de los que tienen en su escaparate un cartel bien grande que pone URGEN PISOS PARA ALQUILER. «Este año por el tema de Donostia 2016 igual hay menos alquiler. No tiene mucho misterio lo que está pasando. Son ciclos que han pasado toda la vida. Ahora se venden más pisos que hace unos años. Ya está», explican a todo correr mientras tratan de negociar por teléfono, precisamente, la venta de un inmueble.

En una conocida franquicia inmobiliaria insisto con la misma pregunta. ¿Por qué el panorama del alquiler es tan sombrío en Donostia? ¿Qué pasa en esta ciudad? «En la época fuerte de la crisis, cuando los dueños no podían vender sus casas lo sacaban a alquiler. Había algo más de oferta, pero ahora hay muy muy poca vivienda de alquiler habitual», dicen. Lo achacan, como la mayoría de las fuentes consultadas, a que ha incrementado la oferta vacacional. Según se deduce de sus palabras, estaríamos ante un nuevo requiebro de la especulación urbanística de toda la vida que, lejos de esfumarse con la crisis, sigue entre nosotros. «Nos encontramos con propietarios que han invertido en pisos con el objetivo de alquilarlo como apartamento turístico. Están pasando a alquilarlo por temporadas porque, simplemente, le sacan más rendimiento. De momento, así está siendo; luego ya veremos si no saturamos demasiado el mercado».

Otro de los factores, según estos veteranos del sector, es que en épocas pasadas «la gente rotaba más». Es decir, estabas uno o dos años en un piso y después te ibas a otro porque te gustaba más o era más barato porque, simplemente, querías comprarte uno nuevo. Con la llegada de las vacas flacas, la incertidumbre económica y, sobre todo, el cierre del grifo bancario te lo piensas una y dos veces antes de efectuar ningún movimiento y mejor te quedas como estás. «La gente se mantiene en sus pisos; ya no cambian con tanta alegría como antes».

Ésta no es una historia que afecta a los más pequeños del sector inmobiliario. También a los que disponen de estancias de larga duración para adinerados, como es el caso de Engel & Volkers de la avenida de la Zurriola, las están pasando canutas para encontrar viviendas de alquiler. «Si, tenemos muchos menos alquileres que casas en venta», confirman. «Los alquileres están muy demandados en San Sebastián; la demanda de alquileres de larga estancia es muy superior a la oferta. De hecho, muchos de nuestros pisos en alquiler los hemos alquilado en menos de 48 horas».

Por cierto, con respecto a la polémica surgida por el buzoneo en las casas de la Parte Vieja porque «necesitan» viviendas para poder vender a «clientes extranjeros y nacionales» a partir de 200.000 y 300.000 euros lo enmarcan dentro su estrategia de marketing. «El objetivo es doble: notoriedad e imagen de marca (que nos conozcan) y captar viviendas (que los receptores de esas cartas que estén pensando en vender acudan a nuestra agencia y la pongan a la venta con nosotros)».

Apartamentos turísticos: con la Iglesia hemos topado

Según un estudio reciente llevado a cabo por la sociedad municipal Fomento de San Sebastián y que ha recogido el periódico Noticias de Gipuzkoa, Donostia cuenta con casi 1.000 apartamentos turísticos gestionados por quince empresas, la mayoría de ellas por Internet, y que ofrecen más de 4.000 plazas. Muchas están en el Centro (38%), Gros (23%) y la Parte Vieja (9%), aunque también los hay en otras zonas más alejadas como Amara, Trintxerpe o Loiola. Al parecer, sólo 71 de estos apartamentos estarían fuera de la ley, ya que no están dadas de alta en el registro oficial del Gobierno vasco.

En una entrevista concedida a KULTURALDIA, el concejal de Urbanismo, Enrique Ramos, desveló que el Ayuntamiento tenía pensado cambiar la normativa relacionada con los apartamentos turísticos. «Primero, definiendo y acotando qué es un apartamento turístico; en segundo lugar, determinando cómo, cuándo y dónde se pueden establecer con un tope máximo por vivienda. (…) También queremos plantear la figura, como en su día se hizo con la hostelería, de zona saturada porque no es lo mismo el problema que pueden tener con los apartamentos turísticos en el centro de la ciudad que en Herrera».

Voy a la calle Peña y Goñi donde, además de nuevos bares de pintxos, se han instalado en los últimos tiempos unas cuantas agencias inmobiliarias, entre ellas dos que directamente ofrecen apartamentos turísticos: Basque Homes y Feel Free Rentals. En la primera de ellas no se andan con rodeos y van a por la fibra sensible de esa persona que tiene una vivienda extra: «¿Tienes un apartamento, estudio, loft o casa y quieres sacarle más rentabilidad?», se lee en un anuncio de su escaparate.

Está cerrado así que sólo entro a Feel Free Rentals, que abrió su oficina en San Sebastián en diciembre pasado pero que tiene 10 años de vida. Me remiten a su página web para lograr más información sobre su labor con los pisos de lujo tanto en Donostia como en Baqueira. «Gestionamos alquileres de apartamentos y casas de calidad para vacaciones en diferentes destinos», afirman en la web.

Durante el tiempo que estoy en esta oficina, se ve que trabajan a pleno rendimiento. Un turista va a recoger su maleta, un empleado habla en inglés con otro turista y unas diez personas están concentradas delante de sus ordenadores Apple. ¿Qué tal os va el negocio?, pregunto a la gerente. «La acogida ha sido muy buena«, responde. «Tenemos clientes de todos los sitios».

Aquí el leitmotiv es que «puedan sentirse como en casa durante sus vacaciones o viajes de negocio». Ofrecen alojamientos de cuatro o cinco estrellas, es decir, con dos habitaciones y dos baños como mínimo, ubicados en zonas céntricas y con todo tipo de comodidades, que incluye, además del típico kit de baño, pastillas de lavavajillas. Sus anuncios se publican en su propia web o a través de otras plataformas de alojamiento temporal como Airbnb o Booking. Son alojamientos de dos semanas, 10 días, fines de semana largos… Funcionan como si las recepciones de los hoteles se hubieran fusionado con las agencias inmobiliarias: les dan la bienvenida a sus clientes, les facilitan su llegada y gestionan sus reservas.