Gran revuelo en el festival por el inexplicable comportamiento de Kepa Intxaustegi, vecino de Benta Berri y tuitero con más de mil seguidores, quien tras ver la película «Playground» no ha opinado sobre ella en ninguna red social. La película polaca, que participa en la Sección Oficial, ha generado mucha polémica por su impactante final, lo que hace todavía más increíble el silencio de Kepa. Según el público presente en ese pase, observaron que Kepa se mostró muy metido en la película de principio a fin, por momentos tapándose la cara con las manos, a ratos masturbándose, ora insultando al director, ora aplaudiendo en los títulos de crédito.
José Luis Rebordinos, director del festival, no ha permanecido ajeno a este suceso y ha señalado que “tener cuenta en Twitter y no escribir es de gilipollas”, añadiendo además que “hay un trabajo de muchos meses para levantar cada edición, mucho esfuerzo de todo un equipo que ahora mismo está hundido, con ganas de dejarlo todo, irse a casa a romper sus DVDs de Haneke y olvidarse del cine para siempre”. El enfado de Rebordinos ha ido en aumento: “Los patrocinadores y las instituciones están que trinan, invierten mucho dinero para que durante el Festival la gente vaya en masa a ver películas que el resto del año no las querrían ni regaladas con el periódico, pero te puedo asegurar que ese mongolo no conseguirá hundirnos”.
Según el psiquiatra Ruiz Pequeño-Cid no existe bibliografía al respecto. “Podríamos estar hablando del síndrome Intxaustegi, un primer caso de un trastorno nuevo que no somos capaces de comprender en su totalidad», afirma. «Alguien tan seguro de sí mismo que no necesita exponer su opinión para sentirse integrado y querido, un sujeto tan peligroso para la sociedad que debería ser internado y lobotomizado”. También nos muestra sus dudas sobre su veracidad. “Podría tratarse de un falso positivo, se han llegado a dar casos de pacientes que han sufrido un infarto cerebral y su entorno no se ha percatado hasta años después, vegetales con patas que con un encefalograma plano han acabado viviendo en Ajuria Enea”.
Tuiteros consultados se han declarado estupefactos ante el comportamiento de Kepa. Uno de ellos, que prefiere permanecer en el anonimato, nos hace llegar el sentir general: “Nos parece una falta de respeto tremendo hacia todo nuestro colectivo, muchos vivimos pegado al móvil con una batería externa introducida en el ano. Es una forma de ridiculizar nuestro sacrificio diario para hacer llegar nuestras opiniones a todo el mundo”. Hace una pausa para tomar aire y prosigue. “Yo me he llegado a salir del funeral de mi madre porque en la iglesia no había cobertura para poder retuitear a @Cabronazi un chiste robado y llevar la alegría a los que no están pasando por su mejor momento”.
Kepa Intxaustegi, asombrado por la repercusión que ha alcanzado su acto, se ha despachado con un escueto «la verdad es que no se me ocurrió nada». Ha nacido una estrella.
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Hello. And Bye.
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