Siento haber tardado tanto en escribir, el ambiente está muy revuelto y algunos recelan hasta de su propia sombra. La destitución de Moyes ha dejado al equipo dividido, unos han brindado con champán y otros con cava. Se empieza a hablar de que puede haber un soplón en el vestuario, aunque por ahora se lo toman un poco a cachondeo, como me dijo el otro día un compañero: la mejor ficción se hace en televisión y la mejor ciencia ficción en el chat de Jon Trueba.
Al pobre Moyes se lo han cargado sin razones de peso, muchas cosas de las que le acusaban eran mentira, como lo del idioma. Se esforzaba de verdad y aprendió varias palabras en español como córner y penalti. No es justo, joder, no es justo. Luego hay vacas sagradas como Illarramendi que llevan toda la vida en el club y que hablan castellano a duras penas. Claro, eso no interesa contarlo. Lo de que vivía en un hotel tampoco le ayudó mucho, pero era algo que a él le generaba muchas molestias. Me contó que durante el Festival de Cine no podía salir de la habitación porque se le acercaban constantemente a pedirle autógrafos confundiéndole con Marty Feldman.
Lo peor es que la afición ha empezado a culparnos a los jugadores y el ambiente es mucho más tenso. Los comentarios ofensivos hacia el público se escuchan en los entrenamientos día sí y día también, que si nos piden que lo demos todo en el campo y luego se van en el minuto 80 para no pillar el atasco, que si tanto decir que el fútbol es para listos y se dejaron engañar por Badiola y su powerpoint, que a ver si estos de la Peña Mujika van a ser tan garrulos como parecen… Auténticas barbaridades dichas por los pesos pesados de la plantilla.
Hablando de pesos pesados, dicen que Vela está gordo, pero yo le veo como siempre. El otro día echó un sprint con el vicepresidente Ubarrechena y perdió por muy poco. Granero es el que lo lleva mal, está harto de que le acusen de cobrar mucho y no para de recitarnos poemas sobre la futilidad del dinero y la evanescencia de la fama. Nosotros le sonreímos por educación pero no entendemos una mierda de lo que dice, luego nos habla de Lorca y nosotros le decimos que no, que en Copa jugamos con Las Palmas. El que me da pena es Xabi Prieto, las críticas tan injustas que le están cayendo, que si está acabado, que si está muy viejo. El otro día contaba que al ir a buscar a su hijo al colegio le dijo una profesora al niño “¡qué bien que hoy te recoge el abuelo!”. No respondió porque dice que si levanta la voz se cansa mucho.
Acabo en positivo, con el nuevo entrenador. Eusebio parece un tío estupendo, para empezar hacemos mucho más entrenamiento con balón y ha levantado la prohibición de tirarse pedos en el jacuzzi. Se nota que está al tanto de las últimas tecnologías, utiliza vídeos motivacionales que saca de YouPorn y durante los entrenamientos no para de tomar apuntes en una libreta que su ayudante pasa luego a WordPerfect. Nos ha dicho que si todos nos implicamos podremos conseguir lo que nos propongamos, que cree en este equipo y que esta afición se merece alegrías. Luego ha preguntado que dónde quedaba la villa Christine Relax.
Me despido, no sé si podré enviarte más mensajes como este. Los compañeros me empiezan a mirar de forma rara, creo que sospechan. Me suelo meter en el gimnasio para escribir, es el único sitio donde no entra nadie del primer equipo, pero ya no hay lugares seguros. Para colmo, el entrenador me ha dicho que en el siguiente partido salgo de titular. Tengo miedo. Mucho miedo.
1 Comentario
Mira, topo, hay que ser muy tonto para justo tapar tu cara de la foto, vete al Bilbao a joder.
Y otra cosa te voy a decir, me he comprado la talla L de la camiseta de este año y me va justa y tú no me vas a decir que estoy gordo…¡tú, no!
Y otra cosa, tanta comida rara y batidos de proteínas os hacen mal, que luego la pitxita no rinde y a pagaros un psicólogo con cargo a los socios.
Hace 20 años, ¡a hostias os poníamos las pilas! Ahora se os aplaude.
Topo bobalicón, que no le pegas ni al balón.