El lugar en el mundo y la proyección de ambos sería, más o menos, la siguiente. Belle and Sebastian es, probablemente, el grupo indie más querido y respetado de su generación y 20 años después de su debut siguen editando discos con regularidad y notables resultados. Los seguidores de la banda escocesa liderada por Stuart Murdoch dividen sus discos favoritos según el color de la portada (el verde, el rojo, el naranja…) y también según sus etapas musicales; la melancólica y sentimental de sus inicios o la que incluye sonidos más bailables, soul y hasta glam desde «Dear Catastrophe Waitress» (2003) hasta ahora. Por su parte, la editorial donostiarra Expediciones Polares nació hace exactamente un año. Han publicado cinco libros de autores locales, en su mayoría jóvenes y noveles, con cuidadísimas ediciones, y abarcando distintos géneros: biografía, novela negra, autoficción, ilustración, una historia de amor… «Partir«, de Lucía Baskaran, es su último lanzamiento.
A primera vista, no tiene pinta de que los caminos de Belle and Sebastian y Expediciones Polares se vayan a cruzar fácilmente.
No tan rápido, porque me he dejado en el tintero un par de pequeños y valiosos detalles. La editorial, ya desde el nombre -asociado inevitablemente a la canción «Viaje a los sueños polares» de Family- no esconde su pasión por la música pop y ha editado dos libros abiertamente musicales: «Elefantes Rosas» cuenta la vida de Serge Gainsbourg» y «A Bam Bam Boo Loo Ba» recopila curiosidades de la historia del rock and roll. En segundo lugar, Iban Petit, uno de los socios de Expediciones Polares y autor de su primera referencia, «Anotaciones Circulares», es fan del grupo. En su novela, salpicada de referencias musicales, incluye letras de canciones de «The Life Pursuit» (2006).
Al cruce de caminos entre unos y otros le faltaba un empujón y varias manos divinas. «Todo ha sido un cúmulo de circunstancias maravillosas«, explica Iban Petit sobre el origen del proyecto. «Hace unos meses nos llegó un mail desde una dirección rarísima que estuvimos a punto de mandar al spam. Resultó ser un mail del agente literario de Stuart Murdoch en el que nos explicaba que, a través de un amigo suyo traductor, les había llegado el libro Anotaciones circulares. Habían visto que el libro incluía una canción de Belle and Sebastian y habían supuesto que éramos fans del grupo. Nos decía que a Stuart le había encantado y quería publicar sus memorias con nosotros. Ante nuestro asombro, le gustaba que fuéramos pequeños y que cuidáramos tanto los libros. Y así fue cómo surgió todo».
El libro, que Expediciones Polares lanza con el título de «El Café Celestial» el próximo 15 de julio, se editó en el Reino Unido (Pomona Books) en 2011, tuvo una segunda edición en bolsillo pero ya está agotada y no la han vuelto a reeditar. «Y no», dice Iban, «por increíble que parezca no se había traducido al español hasta ahora». A partir de aquel encuentro con el agente de Stuart Murdoch, leyeron el libro en inglés y alcanzaron un acuerdo sobre los derechos de autor. Después llegó el trabajo con Stuart sin intermediarios de por medio. «Lo hemos realizado principalmente en dos etapas: en la fase de traducción, edición e interpretación, y en la maquetación final de la portada. Lógicamente ahora también estamos tratando mucho con él y con su manager para todo el tema de promoción y materiales».
«El Cafe Celestial» narra la vida cotidiana de Stuart Murdoch entre 2002 y 2006. Aquellos son los años que redefinieron el sonido de su grupo escorándose a un pop-soul cercano al de sus paisanos Orange Juice y Aztec Cameras. «Es una sucesión de historias narradas en primera persona que te sumergen por completo en la atmósfera del grupo y de sus composiciones», resume Iban. «Entras de lleno en la vida diaria de Murdoch y del grupo, en sus preocupaciones, en sus pensamientos íntimos, en su rutina como músico. Sobre todo, entiendes mejor lo que hacen y entiendes por qué lo hacen».
Aquí no encontrarás mucho que rascar si lo que buscas es otra historia desenfrenada de sexo, drogas y rock and roll. Se trata más bien del diario de un músico treintañero que destina su tiempo libre a elaborar la lista de sus matemáticos favoritos o a comprar zapatillas extra suaves para que no molesten a los vecinos que viven en el piso de abajo. Sirve para fans y no fans, ya que, en palabras de Iban, Stuart, además de un creador artístico de primer nivel, «podría ser tu vecino o tu primo». «Y ahí es donde está lo interesante», apunta. «Porque Murdoch bebe precisamente de todo esa normalidad que le rodea: de sus amistades, de sus partidos futbol, de sus cafés matutinos en la cafetería de su barrio… Es un libro que te cautiva, que te lleva poco a poco a su terreno y te hace sumirte en una introspección extraña mientras lo lees, y que, de pronto, un día comiences a apreciar la belleza de las cosas pequeñas, de los gestos cotidianos, exactamente igual a como lo hace él».
Stuart Murdoch no responde al arquetipo de estrella del pop. Es abstemio, cristiano de los de ir a misa y le gusta hacer footing por las calles de Glasgow. Es también un tipo delicado: durante años sufrió una profunda depresión por culpa de una encefalomielitis miálgica, una enfermedad también conocida como fatiga crónica. No han trascendido públicamente los motivos, pero a finales del año pasado el grupo tuvo que cancelar la gira europea de su último trabajo, «Girls in peacetime want to dance», que incluía un concierto en el Kursaal, debido al estado de salud del cantante. Este trabajo arranca con «Nobody´s empire» que tiene toda la pinta de recrear la oscuridad y la posterior salvación de Stuart. «I clung to the bed and I clung to the past / I clung to the welcome darkness / But at the end of the night there’s a green green light / It’s the quiet before the madness».
Otra de las canciones que planea sobre «Anotaciones Circulares» es «Corrientes circulares en el tiempo» de Los Planetas donde J, si mal no recuerda, acarició su botín «con la punta de los dedos». Esto me lleva a pensar en el feliz encuentro entre Iban y Stuart. «Algo así… Este libro es un libro especial para nosotros. Primero, porque el libro nos ha encantando y las historias que cuenta, la intimidad tan cotidiana que transmite, hacen que de alguna forma te invada la personalidad del autor durante los días en los que lo estás leyendo. Segundo, porque somos fans de Belle and Sebastian desde hace años. Y tercero, porque es nuestro primer libro traducido y esto conlleva todo un proceso en el que hemos tenido que aprender muchas cosas sobre la marcha».
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