Un simple chiste del guionista irunés Diego San José en Twitter sobre las Islas Cíes bastó para que la semana pasada la Oficina de Turismo de Vigo haya decidido cambiar una campaña publicitaria. Para el que le haya pillado el asunto fuera de juego: el pasado 12 de marzo Diego publicó un mensaje en Twitter en el que equiparaba la silueta de las Cíes con una raya de cocaína tras haber visto la imagen promocional en un avión de la compañía Air Nostrum. El comentario tuvo más de 1500 Retweets y generó una gran polémica que motivó a que la administración gallega se comprometiera a incluir «nuevos elementos» en la imagen farlopera, según el blog Verne de El País.
Por el momento no se sabe nada sobre la renovada campaña de las Cíes. Sin embargo, este asunto vuelve a poner encima de la mesa algo tan viejo y, como se ve, actual sobre el humor y sus límites, si es que debe tenerlos. ¿Se puede hacer chistes sobre todo? ¿Hay fronteras que no se deben traspasar? ¿Quién marca los límites sobre lo que se tiene que decir y lo que no? ¿Los humoristas deben callarse algunas cosas?
Hace dos años, a raíz del tremendo éxito de «8 apellidos vascos», entrevistamos a Diego San José y hablamos largo y tendido, también sobre estos temas. Lo que viene a continuación es un extracto de lo que dijo en aquella entrevista, que bien puede valer para ver cuál es su postura sobre los límites en el humor.
No nos hemos vuelto demasiado pacatos con el humor de la noche a la mañana. Esto ha ocurrido siempre y no es verdad que sea algo más de hoy en día. “Martes y 13″ ya contaban que, después de cada Nochevieja, recibían cartas de asociaciones que se quejaban por todos y cada uno de los chistes que les habían tocado de una u otra manera. Eso siempre ha estado ahí y, si me apuras, hasta me parece normal. Lo ridículo es atribuirle a estas asociaciones el poder de marcar dónde está el límite del humor. Eso sí que no.
A la hora de escribir comedia yo no creo que haya temas sobre los que no se puede hacer humor. Me parece una manera demasiado rápida de despachar una decisión. Creo que es más complejo que todo eso. Por ejemplo, ¿se puede hacer humor sobre un tema como la pederastia? Pues depende, porque creo que es muy distinto hacer un gag sobre un pederasta o sobre los padres de una niña que ha sufrido abusos. El problema no es el tema sino el enfoque que se aplique al chiste y, sobre todo, hacia dónde diriges el gag. Por eso nunca nos marcamos límites, creo que a nada que tengas un poco de sentido común y seas mínimamente sensato, los chistes te van a salir bien encaminados. Otra cosa es que tengan o no gracia.
Las fronteras sobre los límites del humor son difusas y ojalá lo sean siempre. El día que haya un mapa sobre dónde están los límites de la comedia, el humor va a ser muy aburrido. Y claro que debe existir este debate, prefiero esta discusión a que la comedia sea tan correcta que no incordiase nunca a nadie. Por otro lado, odio el chiste que lleva vocación de provocar y que le ves a la legua las ganas de incomodar, pero creo que la comedia siempre tiene que tener un lado cabrón, si no, algo se ha hecho mal. El chiste que va de provocador es tan patético como la novia que se pone una polla en la cabeza en su despedida
3 Comentarios
Jajaja El chiste es cojonudo…!!! muy ocurrente, muy bueno …!!!
Lo que queda claro es que este chico, se ha metido alguna vez un tirito de coca…!!! jajajajaj muy bueno …!! lastima que el humos critico y con talento no se aprecie…!! o solo se haga con las chirigotas de los cojones …!! en fin cuestionar semejante payasada solo esta a la altura de los tontos que pretenden hacer un tema serio de un chiste y no se dan cuenta que ya es muy chistoso las chorradas que se dicen a cuenta de esto…!! Eso parece que no lo ven..!!?¿
El municipio estudia emprender acciones legales contra el autor del tuit, el guionista de Ocho Apellidos Vascos, Diego San Josй