LA CUADRILLA: ESA INSTITUCIÓN

Decía Cicerón que vivir sin amigos no es vivir, y no seré yo quién le quite razón al sabio romano, pero dudo que el autor de De officiis fuese conocedor del concepto «cuadrilla», el cuál seguramente provenga de una época tan lejana como la suya. Es posible que a más de uno le haya tocado explicar a sus amigos de fuera de Euskadi en qué consiste eso de la cuadrilla. El día que me tocó a mí, dije «grupo de amigos de toda la vida», pero me pareció que la definición se quedaba corta y me lo sigue pareciendo a día de hoy.

Como en todo, existen distintos tipos de cuadrillas. He recogido las más comunes.

La «de toda la vida»

No es casualidad que esta se encuentre en el primer puesto de la lista (primero no quiere decir mejor, ojo) ya que es la más común de todas. Esta cuadrilla se formó en el colegio y ha perdurado hasta el día de hoy. Suelen ser grandes en número y es probable que por cuestiones de lógica y estadística, sus miembros, que suelen ser todos del mismo sexo, ya no tengan mucho en común entre ellos. Aún así, se reunirán anualmente para hacer una «cena de cuadrilla» y aprovechar para ponerse al día; y de paso, poner al día a los desafortunados que se encuentren cenando en las mesas contiguas y que tendrán serias dificultades para mantener una conversación gracias a los gritos de quince personas hablando a la vez.

La mixta

Estas cuadrillas son mucho menos comunes que las cuadrillas «de toda la vida» y, a diferencia de las anteriores, se suelen formar al juntarse una cuadrilla de chicos y otra de chicas. Como en las cuadrillas de «toda la vida» las cuadrillas mixtas también tienden a ser numerosas. Durante las cenas anuales, sus miembros se sentarán junto a personas de su mismo sexo o cuadrilla de origen. De esta cuadrilla pueden surgir relaciones amorosas duraderas también conocidas como «las parejas de la cuadrilla de toda la vida».

La deportiva

La pasión por practicar un deporte o cualquier otra actividad es la responsable de crear este tipo de cuadrilla. Formada normalmente por chicos, se reúnen con asiduidad para practicar dicho deporte o verlo televisado. Sus miembros tienden a hablar a gritos.

La mini

Su principal característica es que el número de personas es infinitamente inferior al del resto de cuadrillas. Sus miembros suelen tener mucho más en común entre ellos y las relaciones entre ellos tienden a ser mucho más duraderas. En ocasiones, las mini cuadrillas pasan a formar parte de una cuadrilla «de toda la vida», manteniendo siempre los lazos con su (mini) cuadrilla. En otras partes de la península, las mini cuadrillas también son conocidas por el nombre de «amigos».

La «desechos»

Esta cuadrilla de desafortunado nombre (que no se ha inventado la abajo firmante sino que lo ha elegido por haberlo oído en más de una ocasión) está formada por personas que antes pertenecían a distintas cuadrillas a las que abandonaron al ver que no tenían nada en común con ellas, y que se juntaron para formar una nueva cuadrilla más acorde con sus intereses. Estos valientes a los que much@s se refieren como «deshechos» o «despojos» de otras cuadrillas, tienden a tener relaciones duraderas y les importa tres cojones los apelativos con los que les califican sus cuadrillas de origen.

La de las novias

Lo que vincula a esta cuadrilla es que sus miembros son novias de una cuadrilla de chicos. De esta cuadrilla pueden surgir amistades duraderas, pero si una de ellas rompe con su pareja, es posible que vuelva a su cuadrilla de origen sin mirar atrás.

Dicho esto, opino que la cuadrilla (especialmente la «de toda la vida») es una forma infantil, endogámica y sexista de la amistad. Hablando con amig@s de otros países, todos coinciden en lo difícil que resulta entrar a formar parte de una cuadrilla, y a todos les sorprende que este tipo de mini sociedad vaya más allá del patio del colegio. Si bien la mayoría de las personas que conozco tienen amigos aparte, no son pocas las que una o dos veces al año se reúnen con sus cuadrillas, muchas veces sin apetecerles y «por compromiso». Creo que la amistad no debería ser una cena a la que te da pereza ir, ni un grupo de gente con la que no compartes más que unos pocos recuerdos de infancia, sino unas pocas personas con las que realmente te apetece compartir tu tiempo, que para compromisos ya está el trabajo.