“La transformación es un concepto, nunca un fín en sí mismo. Es un cambio constante e infinito”. Así lo dejo escrito Markel Ormazabal en su artículo de Irutxuloko Hitza Eraldia eta aurrekari penalak. No hay mejor manera de describir la fuerza y el proyecto surgido en la fábrica Firestone de Añorga el pasado 1 de mayo. Sin perder de vista la necesidad de un cambio constante, no son pocos los pasos que ya se han dado. De una manifestación a la recuperación de una fábrica, de la reivindicación a la acción, y de un subidón de fin de semana a volver a juntar decenas de personas varias semanas después.
Ahora que ha pasado un mes desde aquel 1 de mayo, y con proyectos como el de Can Batlló de Barcelona en mente, la fábrica de Firestone ya tiene su norte: convertirse en punto de encuentro y vivero de proyectos y personas que quieren transformar la sociedad con su trabajo diario. Producción de cerveza artesanal, un grupo de consumo, un taller de serigrafía… Son muchos los proyectos que se instalarán en Firestone una vez se adapte el espacio. Todo ello, gracias al trabajo en común de varios movimientos sociales y grupos donostiarras y las labores comunitarias de cerca de cien personas.
Para empezar, un largo fin de semana…
Nadie puede saber cual será el destino del camino iniciado en Añorga. Será la voluntad y el trabajo de añorgatarras y donostiarras lo que lo determinará. Pero toda historia tiene un comienzo. En este caso, todo empezó la tarde del 1 de mayo cuando cientos de personas entraron e la fábrica para dar comienzo a tres días que dieron para mucho. Sirvieron para darnos cuenta de la importancia que tiene en nuestras vidas la economía en su sentido más amplio y para conocer de primera mano todo tipo de alternativas. También para conocernos y constatar la importancia que tiene crear un ambiente adecuado para la participación. No es poco.
… pero mucho más que un fin de semana
A menudo se dice que únicamente nos movilizan los grandes eventos y citas importantes. En el caso de Firestone no ha sido así. Contra algunos pronósticos pesimistas, dos semanas más tarde de aquel 1 de mayo más de 80 personas volvimos a reunirnos allí para dar forma a todo lo que no habíamos sido capaces de definir previamente. Para entonces, un grupo de personas ya se había encargado de corregir los errores del fin de semana, y proponer metodologías adecuadas para que todos pudiésemos participar.
Gracias a ello, decidimos el rumbo que debía tomar el edificio recuperado en grupos reducidos, con una puesta en común final. Desde entonces, ya con una base más solida, ha habido una cita más, el 30 de mayo, para limpiar y preparar Firestone con el objetivo de que cada vez más proyectos puedan instalarse allí.
No es más que el comienzo
Esto no ha hecho más que empezar. De aquí en adelante serán las personas que están trabajando en Añorga y todos aquellos que quieran sumarse a las futuras citas los que determinaran el rumbo de Firestone. En la fábrica donde se producían ruedas hasta hace no mucho se fabrica ahora un nuevo y ambicioso proyecto. Puede que no sea perfecto ni redondo, pero si tiene quien lo empuje seguro que hará su camino, transformando cualquier vieja superficie por la que pase.
2 Comentarios
Que no quede en jipismo.
De tidas formas habrá que ver porque tener una fábrica de cerveza artesana no me parece un cambio social.
La autogestion es el primer camino hacia el cambio social. Artesania diy, agricultura ecologica y sogftware libre. Animo con este proyecto. Salud, alegria y cerveza artesana fria 😉