Ver cine en versión original es difícil, especialmente fuera de Madrid y Barcelona. En Donostia tenemos suerte y cada semana hay unas cuantas películas que se pueden disfrutar así. Por ejemplo, ahora, aparte de las opciones alternativas, tenemos en cartelera “Al nacer el día”, “Nebraska”, “Philomena”, “Her” y “Oh boy”. Esto es posible gracias a la apuesta que hace SADE, pero claro, el esfuerzo de los cines que proyectan en v.o. tiene que estar respaldado por una respuesta de los espectadores. Esta es la ventaja que tenemos aquí, que parte del público, aunque sea minoritario, sí está interesado, y eso permite que, en ocasiones, se pueda mantener alguna sesión incluso varias semanas. No sirve de nada exigir primero y aplaudir después, si luego no acudimos a las sesiones de v.o. ¿Pero vale la pena? Mi respuesta es un rotundo sí, y para ello, os doy 10 razones.
1-. Los actores
Por mucho que haya grandes dobladores en España, no dejan de ser eso, dobladores. Ellos no han trabajado con el director de la película, que quizá haya repetido la toma veinte veces hasta que el actor lo ha hecho perfecto. Si hay grandes intérpretes, perdemos más. Por ejemplo, Philip Seymour Hoffman (así de paso le hago un homenaje) siendo verbalmente explosivo en esta tensa escena de «Punch Drunk Love» (“Embriagado de amor” -de los títulos hablamos otro día-). En la misma escena tenemos el ejemplo complementario, Adam Sandler, un actor muy limitado, pero que aquí está excelentemente dirigido por Paul Thomas Anderson.
2-. Tampoco hay que leer tanto
“No quiero pasarme la película leyendo”, dicen muchos, pero no es para tanto. Es verdad que hay películas con mucho diálogo, pero no es lo habitual. Además, el buen subtitulado es resumido y solo hay que seguir un poco el texto para entender la película. La mayoría de las líneas de diálogo son frases cortas y espaciadas, solo en las conversaciones podemos saturarnos un poco. Cuando te acostumbras, apenas te das cuenta de que estás leyendo.
3-. Acentos e imitaciones
Que la reina de Inglaterra y un camello de Baltimore hablen parecido es delirante. Los actores trabajan el acento, imitan a personajes famosos, transforman su voz, para que luego todo quede aplastado por el idioma neutro del doblaje, que en el mejor de los casos, ofrece una solución alternativa. Un ejemplo en la reciente “El lobo de Wall Street”, se explica que el padre del protagonista, interpretado por el director Rob Reiner, se pone furioso fácilmente pero al coger el teléfono se le pone acento británico.
4-. Una cuestión de costumbres
Para mucha gente, entrar a un cine a ver una película en versión original es una excentricidad. Que es de frikis, vaya. Sin embargo, es posible que esa misma persona vea su serie favorita subtitulada porque no quiere esperar. Llevamos viendo cine doblado desde siempre, y como cualquier cambio, puede resultar extraño. Eso sí, normalmente cuando alguien se adentra en la versión original ya no quiere volver.
5-. Una neolengua artificial
Estamos tan acostumbrados que ya ni nos damos cuenta, pero oír hablar en español a americanos, franceses, japoneses… resulta de lo más artificial. El doblador hace lo que puede, intentando adaptarse a la entonación de otros idiomas, y se construye una especie de neolengua, con expresiones y tonos imposibles. ¿Quién dice “maldita sea”?
6-. My name is Buck…
¿Cuántas veces un chiste se estropea por culpa del doblaje? Un juego de palabras, una rima… “Me llamo Buck y he venido a follar” no tiene gracia. ¡No rima!
7-. Hitchcock se equivocaba
Dijo Hitchcock una vez que con el doblaje se perdía parte importante de la película, pero con el subtitulado mucho más. A esta afirmación se aferran muchos defensores de la versión doblada. Lo que está claro es que Hitchcock no acostumbraba a ver cine doblado, y que sea uno de los mejores directores de todos los tiempos no le convierte en entendido de algo que no conoce. Y si no, pensad en el desaguisado que hizo Kubrick supervisando el doblaje de “El resplandor”. Es verdad que los subtítulos tienen también algunos contras (no son traducciones exactas y a veces nos despistan de la información visual) pero no distorsionan tanto el resultado como un doblaje.
8-. La presencia latina
El español está cada día más presente. La mayoría de las películas que vemos son americanas, y cada vez hay más latinos allí. Esto hace que no sean pocas las películas en las que aparece el español. Quienes traducen el texto para el doblaje tienen que hacer piruetas para explicar que dos personajes que escuchamos en el mismo idioma no se entiendan. Normalmente es imposible y resulta ridículo. Hay muchos más ejemplos de los que pensamos. Aquí va uno: Paz Vega le explica a Morgan Freeman la letra de “Al pasar la barca”. En este vídeo lo podéis ver en versión original. La versión doblada resulta ridícula hasta el extremo porque ambos hablan en español. La película es “10 Item or Less” (“Dame 10 razones”, que es lo que os estoy dando yo hoy. Insisto, de los títulos hablamos otro día).
9-. Intérpretes que desaparecen
En los casos en los que un intérprete solo ha puesto la voz, como es el caso de Scarlett Johansson en “Her”, o cualquier narrador, o cualquier película de animación; en la versión doblada desaparecen. No queda nada de ellos.
10-. El reparto de las voces
¿No estáis cansados de que diferentes actores tengan la misma voz? O peor, que algunos actores tengan a veces una voz y otras veces otra. ¿Reconoceríais la voz real de Robert De Niro? Porque la doblada seguro que la tenéis muy presente.
Para terminar, quiero mostrar mi admiración por algunos dobladores que han hecho historia, como Constantino Romero, Ramón Langa o Miguel Angel Jenner, entre otros muchos. Que no me guste el doblaje no significa que no haya verdaderos artistas trabajando en él.
36 Comentarios
Suerte con las clades de ingles eugenio
«porque sea» (el «por que» separado que puse arriba, al empezar, está mal).
Todo el artículo es un esnobismo esencialmente absurdo.
Niños, tened personalidad. No os creáis las cosas sólo por que sea lo que dice todo el mundo:
Los principales problemas con la moda de decir que si no se ve el cine en versión original no se disfruta de la intepretación de los actores, son variados. Vamos a poner sobre la mesa aquí los dos principales.
El primero y más obvio es que los actores de doblaje TAMBIÉN son actores, TAN profesionales como los que prestan su imagen a las historias que nos hacen vivir. En realidad, esto va ligado con el segundo problema: No vamos al cine, al menos la gente inteligente, no vamos al cine a ver la intepretación de un actor, por más que esta pueda ser buena, lo cual vale también para el doblador.
¿Alguien sorprendido?
Vamos al cine a ver una historia. A disfrutar de una historia. A sumergirnos en una historia. Muy diversos elementos se conjugan en una película para hacernos llegar a ese fin.
Las historias que disfrutamos, por más que sean un reflejo más o menos cercano de la realidad, SON FICCIÓN. El personaje que interpreta el actor sólo existe en nuestra imaginación, catalizada por la historia a la que asistimos como espectadores.
El hecho verdadero en el cine, el elemento que subyace y sostiene todo el entramado artístico cinematográfico es el hecho ficticio.
Si para alguien es importante que el Capitán América, o Thor, o Iron Man, personajes cada vez más generados con ayuda de efectos especiales hechos con ordenadores, y aún así se los creen, nos los creemos, dentro de la ficción de la propia historia, sea la del actor real que le da vida, más que la propia voz en sí del personaje, el hecho de comprender y asimilar lo que dice el PERSONAJE, perdonad que me ría, pero es increíble y extremadamente absurdo.
Que luego alguien que sea capaz de comprender el lenguaje original en el que está rodado una película al mismo nivel que su lengua natal prefiera una u otra opción, es cosa suya… pero que no lo intente justificar absurdamente.
Basta de esbonismos.
Y lo mismo vale para una película hiperrealista. El personaje sigue siendo en esencia una ficción. Lo que importa es que nos llegue la historia lo mejor posible. Normalemente, lo mejor psoble, más en países con una gran tradición dobladora, es en tu propio idioma.
Lo que importa es que nos llegue la historia lo mejor posible. Correcto y también es importante la interpretación propia del actor que está en la película y parte de esa interpretación es su voz en su tono y timbre propio, lo cual cambia con un actor de doblaje. No veo mal buscar ver una película en su idioma original porque considero que sí de una apreciación más cercana a la realizada por el director y los encargados de la versión original. Pero también me parece importante saber disfrutar de una película doblada.
Me parece que sí gano mucho cuando la veo en su idioma original,en especial, como dice el artículo, con actores que desempeñan artísticamente su trabajo (mi ejemplo favorito: Los Miserables) y también las películas que usan el diálogo como recurso prioritario. Pero tampoco veo mal el mirar películas dobladas, especialmente cuando quienes doblan sí han estudiado y son preparados. Sólo que considero que ver una película doblada sí baja su nivel cualitativo.
Mi humilde opinión. Saludos, interesante discusión.