Estimado Juan Karlos Izagirre:
En primer lugar. feliz año nuevo. ¿Qué tal te lo pasaste en Nochevieja? ¿Adónde fuiste? ¿Al Atari? Ya sé que es un bar bastante pijo pero te lo pregunto porque un día ví allí a Martin Garitano y otro día a Borja Sémper. Aunque las copas son caras y la música es más bien mala, parece que a los políticos os gusta ese lugar. Tal vez estuviste liado con el fuego originado en Trintxerpe. Yo finalmente salí por la zona de Reyes Católicos y hoy me encuentro bastante pachucho. Ya sabes: las resacas aumentan con el paso de los años. Comparado con mi hermano pequeño -tiene 19 años- hoy parezco un abuelo de 32 años.
Como podrás comprobar en la firma del post, me llamo Jon Pagola. Soy de Hondarribia y he vivido en Donostia y también en otras ciudades. Estudié en el colegio La Salle de Loiola y mi cuadrilla es donostiarra. Pero hay algunos que ya me han dicho que no puedo hablar de San Sebastián porque no he nacido aquí. En Madrid es impensable que ocurra algo así. He escrito mucho sobre la capital y nadie ha puesto en duda mi origen. Creo que este pequeño detalle encierra un fuerte simbolismo.
En el texto original, escrito en euskera, me disculpaba porque mi euskera no es 100% batua. Los hondarribitarras inventamos el euskañol antes incluso de la existencia de la propia palabra. Siempre me han hecho mucha gracia las frases de los arrantzales del pueblo: «Denbora esplendidoa pantaloiak sekatzeko«, «laga iskailerak dagozten bezala», etc. Hondarribia es especialmente bonita pero está muy mal comunicada con el resto: el autobús público tarda como una hora en llegar a Donostia y en la pantalla de televisión ponen una y otra vez el anuncio»Birziklagarria naiz» en modo bucle.
En esta carta no quiero hablar demasiado sobre el affaire Igeldo, que ya has tenido suficiente salsa estos días. Ésta es una carta para darle la bienvenida al nuevo año 2014. Eso sí, y como idea peregrina, sería genial que pudiéramos utilizar las piscinas privadas de los igeldotarras con unas tarjetas públicas. Las txartelas a cambio de la independencia. Creo que es un trato justo para ambas partes. Si quieres se lo puedes comentar al concejal Axier Jaka, el chico que estuvo en el pleno extraordinario sobre Igeldo. Igual él sabe qué podemos hacer con esto.
Tengo otras preocupaciones. Me preocupa tu vestimenta. Con Odón me pasaba más o menos lo mismo pero el hombre estaba embobado con sus fulares. No tenía remedio. ¿El Olentzero te ha traído finalmente un traje nuevo? Era uno de los 13 regalos que propuse en la víspera de nochebuena, no sé si lo llegaste a ver. «Por si en 2014», escribí, «toca de nuevo pasarse por el Palacio de Aiete o por si viene Kofi Annan de visita, que ya se sabe que es muy de trajes».
Estimado Juan Karlos, hay que ir elegante. En más de una ocasión has comentado que tu mujer te echa una mano con el vestuario. Dile que en la tienda online de Asos hay buenísimas ofertas. Si no te gustan los trajes mod tipo Paul Weller o Miles Kane, no pasa nada. Me conformo con un traje negro y elegante a lo Mikel Pagadi en su obra de teatro»Bodologuak«. Habrás visto su espectáculo, ¿no? Es un tipo muy gracioso que ahora sale en el programa de ETB, «Airean», hablando sobre fenómenos paranormales. Todo un friki este Pagadi. Mi ama dice que antes era feo y que ahora es guapo. ¡Lo que hace un buen vestuario!
Mi segunda propuesta: haz el favor de darle una vuelta a los conciertos que tienen lugar en Sagües durante la Semana Grande. Con Odón pasaba lo mismo. Siempre el mismo problema. Que los grupos canten en euskera tampoco cambia nada automáticamente. En el ámbito musical, el idioma y la calidad no suelen tener ningún tipo de conexión. Puedes hablar con la promotora Ginmusica, con los del Jazzaldia, con los chicos de Qualia (Dock Of The Bay)… Seguro que tienen buenas ideas.
Como no sé muy bien qué más decir podemos hablar de la tortilla de patata. Es el comodín que empleo en las conversaciones. La gente suele hablar de la Real, del tiempo… Yo de tortillas. ¿Te gustan? Yo soy fan. Es un plato muy irónico: los extranjeros principalmente la suelen llamar «tortilla española» («Spanish Omelette»), pero creo que las mejores tortillas se hacen en el País Vasco.
Si da la casualidad de que algún día lees esta carta, puedes dejar un comentario. Incluso, si te animas, también puedes mandar un e-mail de respuesta a la dirección contacto@kulturaldia.com. Lo publicaríamos en este magazine.
Me despido, estimado alcalde, no sin antes desearte un bonito año 2014.
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