La fotógrafa Mariví Ibarrola vive en Madrid, pero cuando le preguntan de dónde es responde que de San Sebastián. Nacida en Nájera, La Rioja, en 1956, se crió en Donostia y este detalle ha marcado el resultado final de “Yo disparé en los 80” (Munster Records), un libro que dos años después de su edición sigue siendo inevitable volver a recuperar. De las miles de imágenes que asegura tenía archivadas -«más de diez mil«- sólo seleccionó 89, todas ellas en blanco y negro, y muchas con el objetivo de la cámara apuntando a Euskadi.
A Ibarrola, madre y profesora de fotoperiodismo en la Universidad Carlos III, le ha llegado estos años el reconocimiento artístico definitivo. En su momento, sus fotografías ilustraron publicaciones como “Rockdelux”, “Ruta 66”, “Muskaria” y “El Diario Vasco”, entre otras, pero con el revival de los 80 de estos años está logrando una amplia repercusión.
Su mérito reside en haberle dado la vuelta a la tortilla de La Movida. Nos la habían vendido como que fue el no va más de la fiesta -lo que también debe ser verdad- y echábamos de menos nuevos puntos de vista que reseteasen la versión predominante. En su libro no sólo no se repiten los clichés del continuo frenesí en la gran ciudad, sino que amplía sus miras fuera de Malasaña. Más tarde, otros se han subido al carro: a principios de este año llegaría a La 2 de TVE una serie de documentales sobre lo sucedido en los años 80 en Galicia, Euskadi y Cataluña, además de Madrid.
Es curioso: Ibarrola fue la primera de una carrera que no despertaba ningún interés. Se había pasado años tocando puertas y “nadie quería esas fotos”, recuerda ahora. Ironías del destino, el vizcaíno Iñigo Pastor, editor finalmente de “Yo disparé en los 80” a través de su sello Munster Records, aparece retratado en una de las fotos cuando sólo era un adolescente en un concierto de los Meteors.
Por aquí, fue testigo de uno de los hitos fundacionales del Rock Radical Vasco: el festival organizado por el periódico Egin en Tudela en 1984. Alasca y Nacho Canut salen en el velódromo de Anoeta en un concierto solidario con las víctimas de las inundaciones de Bilbao de 1983. A Paloma Chamorro, por su parte, le acompaña Poch, el líder de Derribos Arias, el chico más pálido de la playa de Gros, en la segunda edición del Festival de vídeo musical de Vitoria-Gasteiz en 1986, en calidad de miembros del jurado.
Otra de las fotos icónicas es la de Poch con unos jovencísimos hermanos Muguruza (entonces en Kortatu) subidos a un sidecar. No hay segundas intenciones, instagrams y photoshops en todas estas fotos. El truco de que “Yo disparé en los 80” perdure tanto tiempo en nuestras retinas es que no hay truco. Son reales. Sinceras.
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