La editorial bilbaína acaba de editar “Los 400 golpes de Astiberri. 2011-2013”, un somero repaso de los 400 títulos que durante 12 años han removido conciencias (Joe Sacco) y nos han emocionado y divertido a partes iguales como en las crónicas por el mundo de Guy Delisle o en el famoso geriátrico de Paco Roca en “Arrugas”. En este título truffautiano también sale un personaje llamado Silvio José, una mezcla entre Torrente y el funcionario vago de las viñetas de Forges, un hombre maleducado, gordo y cuarentón que nunca ha trabajado y vive en casa (a costa de) su padre.
Representa, en cierta forma, al típico españolito que se ríe de las desgracias ajenas. Por eso hace tanta gracia: porque a todos nos gustaría ser como él… pero no podemos. Ésta ahí para cumplir nuestros sueños. Tiene licencia para todo, no se corta. Viste con un ridículo pijama de lunares, se pasa el día criticando a los demás aquellas cosas que precisamente él debería corregir y se alimenta de unas asquerosas salchichas llamadas Chisparritas. También le gustan las panteras rosas y es fan de Steven Seagal. Un tipo tan imbécil como adorable.
Según su autor, Paco Alcázar, que lleva 8 años publicando sus historietas en El Jueves, es «una mezcla de animal doméstico y maldición bíblica». Recuerda al Ignatius anacrónico de “La Conjura de los necios” sólo que adaptado a la miserable cotidianeidad española. Astiberri ha recopilado en tres ediciones -“Silvio José Destronado” es la última de ellas- todas sus fechorías y se está convirtiendo en un fenómeno de culto que logra adeptos tan ilustres como Santiago Segura y Alberto González, el de Querido Antonio.
Segura, de hecho, es fan total y en la nota de prensa de promoción de “Silvio José Destronado” declara su amor incondicional. “Fascinación absoluta es lo que siento por la obra de Paco Alcázar, nivel obsesión (como nuestro protagonista con las Chisparritas). Cada nuevo recopilatorio es un motivo de celebración, festejo y alborozo por mi parte. Mensaje no remunerado, franco y sincero”.
En esta ocasión, a los habituales “amigos” que rodean a Silvio José (Federico Tejada, que vive pegado a su Geyperman de la suerte; el profesor de autoescuela Sebastián Cubero, otro chiflado; y Máximo Cubero, el cruel director del zoológico) se les suma otra pandilla de descerebrados como un skater cincuentón y un genial Eloy Pajares, entre otros. Paco Alcázar, que reconoce sentir atracción por los personajes tiranos, se nutre de toneladas de humor incorrecto y desfachatez para dibujar algunas de las historias más divertidas de nuestro tiempo. “Silvio es un retrato del monstruo que habita en mi interior”, reconoce.
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