Aunque últimamente parezca terreno abonado para viejas y rockeras glorias (Graham Nash, Wilko Johnson), el teatro Victoria Eugenia ha acogido estos años importantes conciertos de grupos de pop, sin ir más lejos, la emocionante revisión de Mikel Laboa por parte de los zarauztarras Delorean en 2014. Tindersticks, por su parte, debieron quedar tan prendados de su concierto en la gira de presentación de «The Something Rain» (2012) que publicaron un directo titulado «San Sebastián». Si no todos ellos -Ekain Perez (voz, guitarra), Eneko Lusar (guitarra, sintetizadores), Gartxot Unsain (sintetizadores), Mikel Alonso (bajo), Iñigo Goñi (batería)-, casi todos los miembros de John Berkhout asistieron como público al estreno en el Zinemaldia de 2014 del documental «Echeverriatik etxeberriara», la crónica de un pueblo, Oiartzun, el suyo, que ha sufrido en sus carnes los embates del conflicto vasco.
Esta vez regresan, acompañados de los donostiarras Pet Fennec como teloneros, al Victoria Eugenia (viernes 17 a las 20 horas, 14 euros) con nuevo disco bajo el brazo, «Bloo Mind», una pirueta estilística en la que se han abastecido de pop ochentero y brisa psicodélica. Lo más habitual para un grupo indie sería haber presentado las canciones en un sala de conciertos o en una casa de cultura de Donostia, pero casi como al Don Vito Corleone de Marlon Brando, les surgió, de rebote, una oferta que no pudieron rechazar. «Estábamos considerando varias salas o eventos en los que podíamos presentar el nuevo disco en Donostia. Y también tanteamos la posibilidad de hacerlo dentro de la programación del Jazzaldia. Fue durante ese cruce de mails y llamadas cuando se nos ofreció la oportunidad y la aceptamos sin dudar. Es un gran honor para nosotros«.
No deja de tener su carga irónica que John Berkhout vaya a tocar una semana después de Graham Nash, icono de los años 60 con los Hollies y después con Crosby, Still, Nash & Young. Será algo así como verse en su propio espejo del tiempo, lo que fuimos antes y lo que somos ahora, una banda que empezó mamando folk campestre y ha acabado por abrazar la pista de baile a base de capas de sintetizadores, hedonismo y confetis de colorines. Durante el concierto, avisan, «habrá momentos para todo, incluso para desmelenarse y poner patas arriba el patio de butacas. Se trata de transmitir nuestras emociones al público, que disfruten con nosotros, que se vengan arriba con nosotros», continúan. «Si eso implica levantar a todo un teatro, encantados de la vida. No hay nada más emocionante que sentir ese flujo de energía que se crea entre el público y el grupo a través de la música».
No se puede decir que el chip festivo nos haya pillado del todo a contrapié, porque hace tiempo que cabían distintas almas en sus conciertos: una más reposada, más indie-folk, y otra que les servía de algo así como de interludio y en la que jugueteaban con los sintetizadores y la música electrónica. Podían haber tirado por la vía más clásica emulando a los grupos de los años 60 y 70 -en su disco de debut había canciones como «Short Necked Giraffe» que remitían directamente a Simon & Garfunkel-, pero John Berkhout siempre ha sido un grupo en constante evolución y salirse por la tangente era una de las opciones plausibles.
Además, grupos como Beach House, Grizzly Bear o Animal Collective siempre han estado en la órbita de estos cinco chicos de Oiartzun. Ahora es cuando afloran esas influencias junto con otras más evidentes como M83, los últimos Tame Impala y, en general, esa corriente imparable que triunfa en los festivales tratando de epatar al público con grandes dosis de espectáculo. «No queremos destapar el pastel antes de la gran noche, pero sí podemos decir que será posiblemente la puesta en escena más ambiciosa hasta el momento, tanto a nivel musical como visual», adelantan. «Llevamos meses preparando este concierto. Queremos ofrecer un espectáculo único, a la altura del Victoria Eugenia, y para ello estamos preparando cosas que no se han hecho antes en un emplazamiento como este». Y, por último, se despiden apuntando alto: «Va a ser una noche memorable para nosotros, y pretendemos hacerla inolvidable para el público también».
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