Hay excepciones, grupos que te dan un pellizco de alegría y felicidad -aún guardo como si fuese oro puro un flyer de aquella campaña de «A tope sin drogas» que J, de Los Planetas, lanzó al público como un arma cargada de ironía en 1999- pero el balance de los conciertos de Semana Grande es bastante desalentador. Este año el menú -me rijo por mi criterio, obviamente- resulta especialmente pobre: un tributo a un artista único e inimitable (Michael Jackson), músicos del montón reconvertidos en fenómenos televisivos (Antonio Orozco), grupos que dejan a Maná en buen lugar (Efecto Pasillo), pop facilón (Ken Zazpi), combinaciones que dan mucho miedo y apoya DSS 2016 bajo su línea Conversaciones (Celtas Cortos con la Banda de Música de Irun), unas chicas de Madrid que, descubro, lo están petando exprimiendo la fórmula de One Direction (Sweet California) y, una vez más, el comodín que nunca falla en fiestas, Fangoria, que al menos acaba de publicar un disco aceptable.
Nada de esto nos pilla por sorpresa: la noticia sería que los conciertos de Sagüés que programa el Ayuntamiento -en esto los colores políticos importan bien poco- nos volvieran locos. El crítico musical Eduardo Ranedo (Ruta 66, Bi FM, El País) es bilbaíno de pura cepa, vive en Donostia y raro es el día que no le pillas viendo una actuación en directo, desde flamenco a pop underground, de todo. «Lo que a mí me disgusta a otros les encanta», responde cuando le pregunto si la programación musical de Semana Grande tiene arreglo. «Me temo que son mayoría, además. Y mientras la ciudad -esa entelequia conceptual que justifica tantas cosas…- esté contenta no merece mucho la pena esforzarse en buscar arreglos para un desperfecto que -me temo- solo vemos unos pocos».
Iñaki Estevez -promotor musical con Nordika, fundador de la asociación Men of Rock y cabeza visible de Subterfuge en Euskadi- explica cómo funciona la selección de bandas que actúan en Sagüés, donde ejerce de timonel el concejal de Espacios Públicos, Ecología y Actividades festivas, Alfonso Gurpegui. «Normalmente son algunas productoras las que mandan sus propuestas y el patronato de fiestas elige al que cree más conveniente y al que cree que puede gustar más a la gente de Donostia, siempre según su criterio claro esta». Como asociación han intentado proponer diferentes artistas otros años, pero no han obtenido respuesta.
Eduardo e Iñaki coinciden en que lo popular-comercial no tiene que estar reñido con la calidad. Hay cosas que pueden gustar a mucha gente (lo vemos en los festivales de verano, por ejemplo) y seducir, al mismo tiempo, los oídos más exigentes. «Claro que sí», corrobora Eduardo, «pero no tengo una receta, más allá de contratar lo que tú quieres, y no lo que te ofrecen, y de aplicar máximo rigor en la negociación de los precios». Iñaki sería partidario de dividir la Semana Grande en días y estilos, «así todos los gustos y estilos estarían más o menos representados. Un día para bandas euskaldunas, otro para el pop español, otro día para estilos más alternativos, para grupos locales, indie, rock, heavy…».
Donostia no es una isla y en todos los sitios cuecen habas. Incluso puede ser peor que lo nuestro. En las fiestas patronales de León, por ejemplo, el concierto estrella del próximo 18 de agosto será el de… Efecto Pasillo. La oferta musical de la Aste Naguia de Bilbao tampoco suele ser para echar cohetes. «Sí te diré que todo lo que no tiene que ver con el programa musical oficial lleva años siendo más que potable, con las txoznas y el Antzokia tirando del carro», puntualiza Eduardo. «En Madrid con Sound Isidro y en otras capitales del Estado que han cambiado de Gobierno municipal recientemente han corregido la tendencia abriendo un poco más el abanico», culmina Iñaki.
3 Comentarios
Mientras hayan castaños, habrán castañas
Soy el único al que mas alla de los grupos (que también) lo que le parece más insufrible es la acústica de sagues? Es capaz de cargarse el concierto del grupo más experimentado.
Fíjate, Jon, hace tiempo que no veo un concierto entero ahí y no te puedo decir. Iba a ver el de Berri Txarrak hace dos años y empezó a jarrear…