La Semana de Terror no empieza con la inauguración, empieza en el momento en que te pones a la cola para conseguir el abono que te dará acceso a todas las sesiones del Principal, en una butaca fija. Tu butaca. La taquilla se abre el viernes a las 16:00, como siempre. Y como siempre, hay quien lleva instalado allí desde la pasada noche del miércoles. Sillas, mantas, mesas, juegos de rol, cómics, videojuegos, concursos nocturnos… Todo lo que un semanero necesita para sobrevivir a la intemperie hasta que abran la taquilla.
Llego directo de un concierto de Hidrogenesse, y relevo a mi compañero de abono a eso de la una de la madrugada del jueves al viernes. Él estaba allí desde las diez de la mañana y aún así ya hay 40 personas por delante. Mi primer disgusto ha sido perderme el “Master of Doom”, un concurso de preguntas sobre cine de terror que se organiza allí mismo, en la calle, para la gente que está esperando en la cola. No me sorprende descubrir que el ganador ha sido uno de los personajes más míticos de La Semana:
JON
Todos en La Semana reconocerán su grito de guerra, “¡Teléfono!”, cada vez que en pantalla suena uno. Posa orgulloso con su trofeo de corte macabro aunque se lamenta de que el año que viene lo tiene que devolver para el nuevo campeón. Pero Jon no solo puede presumir de su cultura terrorífica -ayudada por los 20 años que lleva asistiendo a la Semana-, no, atesora otros premios. Ganó en el tradicional concurso de disfraces de la noche de Halloween con su Zombie futbolista y con otro disfraz que homenajeaba a su grito de guerra: se disfrazó de un teléfono hecho con gomaespuma. Aunque quizá, de lo que más orgulloso está, es de ser el vigente campeón del karaoke de la Semana. Ha estado en Sitges en varias ocasiones y lamenta que allí el cachondeo es solo con el de al lado. Esto es mejor.
Junto a él, en la cola, está uno de los primeros en llegar (en la madrugada del miércoles al jueves ya apareció por allí) y también viejo conocido de todos los habituales:
IMANOL
Lleva por lo menos 15 años viniendo. A pesar de lo pronto que ha llegado a la cola, resulta ser el segundo. Está ansioso por disfrutar de la Semana, de la que no tiene duda de que es superior al Zinemaldia. Tiene claro lo que quiere ver: “Las mejores son los truños con pretensiones que son malas”, explica, y está encantado con el ambiente de La Semana. Su risa en la sala es inconfundible y también tiene un grito de guerra, que aparece furibundo en algún momento insospechado de alguna sesión: “¡Palindrómico!”. Le pido que me explique la procedencia. Me cuenta que está con esa palabra en la cabeza, que se “engoriló” y decidió gritarlo. Nada más.
La noche avanza sin dificultad, pues coincide con unos días de inusitado calor en octubre. Mucha gente de juerga pasa y pregunta quiénes somos. Algún borracho se nos une durante un rato, efusivo. Duermo algo en una maltrecha hamaca incómoda, hasta que me despierta el generoso ofrecimiento de pastelitos de la pastelería Izar que está frente al Principal y que han surtido a la cola horas antes. Después, la gente de la organización nos reparte unos cafés, con Josemi Beltrán, director de La Semana, al frente. La verdad es que nos cuidan. A lo tonto, has dormido con un montón de entrañables pirados del terror, y notas que ya con las primeras luces de la mañana se va consolidando esa noción de grupo.
La mañana avanza, dura. Algunos se refugian en la cerveza, en el bar de enfrente. La falta de sueño empieza a hacer mella en el cerebro. A las 11:30 es la rueda de prensa. Porque ésa es otra: los fanáticos nos ponemos a la cola sin que anuncien las películas siquiera. Nos permiten ausentarnos de la cola para asistir, y allí nos espera un zombie preparándose para la Behobia-San Sebastián Z, que se correrá este sábado, antes de la inauguración. No voy a entrar en los títulos ahora, pero se presenta una Semana con buen nivel, en la que destacan “Tusk”, la última película de Kevin Smith; y “Alleluia”, una película belga que ha ganado el Méliès de oro.
Llegan las horas duras, y allí resiste como un titán otro de los más famosos espectadores del horror:
RODRIGO
20 años asistiendo. Ha ganado el concurso de disfraces 2 veces, y otras dos veces ha quedado finalista. Sus personajes han sido memorables: Krilin, Hellboy, Mordisquitos… A pesar de que el premio por ganar el concurso es un abono para el año que siguiente, en esas ocasiones, Rodrigo hizo la cola igualmente, por puro fanatismo semanero. Uno de sus gritos favoritos, actualmente, es “¡Josemi dimisión!”, que ha soltado ya en la rueda de prensa y es su manera de mantener a raya a la dirección. El primer asiento de la primera fila es indiscutiblemente suyo, y suele ofrecer kalimotxo a los directores que entran al escenario a presentar la película. Como vocalista del Grupo Hepta, también es un fijo en el karaoke de La Semana.
El karaoke parece ser la columna vertebral de la cola de La Semana, así que me dirijo a quien queda segundo frente a Jon:
FERNANDO
Lleva 15 años viniendo. Su arma secreta es saber japonés. “He podido hacer uso del japonés en la semana, con Hideshi Hino (artista del manga). Tengo una foto con él”, afirma con entusiasmo. Hablamos del karaoke y me confirma lo que ya me había asegurado Rodrigo: “Me empeñé en cantar ‘Run to the Hills’ de Iron Maiden e hice el mayor ridículo de la historia”. También estuvo a punto de ganar el concurso de disfraces, como Sloth (el de “Los Goonies”) lanzando chocolate al público, pero perdió, según él, por tongo. “En realidad, siempre es tongo” explica con sorna.
Las últimas horas cuesta tenerse en pié, y mucho menos pensar algo coherente. Pero por fin llega el momento de tener el abono en tus manos y sabes que es el inicio de una diversión gamberra que durará otra semana inolvidable, entre zombies, gritos, risas y mucha desvergüenza. Ya solo queda saber si este año hay karaoke.
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