¿En qué se diferencia una ciudad de un pueblo? ¿En el número de habitantes? ¿En ser capital de provincia? ¿En el número de equipos que tiene en Primera División? Cualquiera de estos factores se podrían tener en cuenta, pero seguramente no se haya reparado lo suficiente en otras cuestiones que parecen de menor calado y acaban determinando el ADN de sus habitantes. Una de las claves insoslayables en la dicotomía ciudad vs pueblo es el número de veces que se formula la siguiente pregunta: ¿en qué colegio estudiaste? ¿A qué cole fuiste? Salvo en casos puntuales y justificados por el contenido de la charla, estamos de acuerdo en que en París y Londres no pasaría de ejercicio absurdo; a nadie en su sano juicio se le ocurriría lanzar la preguntita a las primeras de cambio. Sencillamente, no es importante. No aporta información sustancial a la conversación.
Por aquí la cosa cambia y mucho. No falla, es la información con la que nuestro cerebro organizado en compartimentos estancos se pone al fin a carburar y logra metabolizar su contenido. Le da sentido a nuestra existencia como bilbaínos, hondarribitarras y donostiarras. Nos pone en alerta sobre el origen del interlocutor que acabamos de conocer: quiénes son sus amigos, cuáles sus costumbres, dónde anda, de dónde viene, si es pijo, malote, en qué equipo de fútbol jugaba…
Como señalaba el punto 14 del medidor de donostiarrismo son datos biográficos FUNDAMENTALES de una persona de 40, 30 o 25 años… que juzgamos como si aún fuera un adolescente, como si viviera eternamente atado a los clichés con los que se asocia su colegio.
Es un acto injusto y que nos acaba encorsetando. «Ah, ¡o sea que estudiaste en Erain!», «de Ekintza, ¿eh?», «fíjate, pensaba que habías ido a Jesuítas«. Sin embargo, en una sociedad de costumbres como la nuestra, en un lugar donde tu cuadrilla se forma habitualmente en edad escolar tiene su punto de lógica. Es como la cantera de un jugador de fútbol: dependiendo de dónde se haya formado nos podemos hacer una idea de cuáles son sus prestaciones deportivas. No es lo mismo la Masía que Tajonar, Zubieta que Lezama.
Así que no resulta fácil resistirse a la tentación de saber dónde has estudiado. Iniciamos una mini-serie de algunos de los principales colegios de Donostia tal y como lo conocieron algunos de sus protagonistas. Para que cuando preguntes «¿a qué cole ibas?» tengas la máxima información a tu alcance.
LA SALLE
Es un colegio privado fundado por los hermanos de La Salle y mientras en otros lugares -Santander, por ejemplo- tiene fama de elitista en Donostia su perfil es más bien bajo. Ubicado en Loiola, barrio periférico y obrero, a partir de BUP -léase ESO y Bachiller- se nutría de estudiantes de los colegios de La Salle de Irun, Zarautz y Andoain. Así que ahí los tenéis: estudiantes de Loiola y Amara juntándose con otros de la provincia. Es arriesgado quedarse con una fotografía fija del colegio: variaba mucho en función de la quinta y cuando dices que has estudiado en La Salle generalmente se crea una extraña indiferencia, les cuesta ubicarte. No era especialmente religioso, lo justo. En sus famosas gymkanas regadas de alcohol (a escondidas) se permitían pruebas poco afines a la fe cristiana como pasarse el hielo de boca en boca. Tan euskaldun como erdaldun, la mezcla de gentes a veces salían bien y en otras claramente mal. Anécdota: en el ático del edificio hay una pensión abierta al público en la que dormían algunos religiosos.
USANDIZAGA + PEÑAFLORIDA
Las vidas entre los institutos Usandizaga -«Usan»- y Peñaflorida -«Peña»- han corrido en paralelo hasta que en 1998 se produjo la reunificación de los dos centros: I.E.S. Usandizaga-Peñaflorida Amara B.H.I. La fusión resultó a todas luces traumática, como cuando dos familias políticas alejadas entre sí deciden concurrir juntos a las elecciones para arañar más votos. El Usandizaga siempre ha tenido fama de buen instituto, mientras que al Peñaflorida le precedía una reputación más que dudosa. Los «buenos» estudiantes se juntaron con los que tenían el sambenito de «vagos». El alumnado del Usandizaga era muy variopinto: en las escaleras de la entrada del edificio se concentraba una rica muestra de tribus urbanas: borrokas, heavys, algunos punks, góticos, pijas de pendiente de perla, pijos con náuticos, grunges… Álex Ubago solía besarse en los pasillos con su novia de entonces y los punk-rockers de Discipulos de Dionisos también andaban por allí. Duncan Dhu dio un concierto en 1984, algo habitual en aquella época: los institutos, como los colegios mayores de la Movida, también funcionaban como improvisadas salas de conciertos. Y en 2010 tiraron el viejo Peñaflorida. Y con él se esfumó su patio, especial, romántico, lleno de árboles.
SAN BARTOLOMÉ
Ubicado en lo alto del cerro de San Bartolomé, al monasterio de la Compañía de María todo el mundo lo ha conocido como San Bartolomé o con el apelativo cariñoso de Bartolo. Vecino -y rival- directo del todopoderoso Marianistas, en septiembre de 2012 se produjo su traslado al proyecto SUMMA-Aldapeta que además de San Bartolomé y Marianistas también estaba integrado por estudiantes del colegio Belén. Pocos eran conscientes de que estaba pegado a un cuartel de la Policía Nacional armado hasta los dientes, lo que daba como resultado una combinación de lo más curiosa: piadosas monjas y artillería de guerra separados por escasos metros. Su carácter de colegio privado pero económicamente asequible garantizaba la ración justa y equilibrada de hijos de padres bien con hijos de familias más humildes. Eminentemente femenino -mandaban las monjas-, cuando la Zona vivía su época de apogeo muchos de sus estudiantes no tenían más que cruzar la calle y echar unas partidas en la mítica sala de juegos SB.
MARIANISTAS
Muchos hemos soñado en nuestra adolescencia con acabar besando a una chica de moño alto rubia/morena y uniforme Miss Manuki. Pero casi siempre acababan enrolladas con skaters que les caía el pelo a capas y fumaban porros en el patio de recreo. Para entendernos en términos de película juvenil de los 80: el tándem formado por chica de moño & skater venía a ser el envidiado y popular dúo animadora rubia & quarterback del equipo de fútbol americano. Era lo más. Y los que íbamos a otros colegios y no sabíamos nada de patines nos conformábamos con un fugaz saludo que nos alegraba el día, la semana, y así hasta la siguiente vez. Iban al Young Play, Ku y la Zona. Eran pijos a la donostiarra: zapatillas Airwalk en lugar de zapatos, chandal Adidas abierto con la cremallera por detrás,… En ese círculo endogámico apenas quedaba hueco para los outsiders, los alternativos, los que no cumplían con los cánones establecidos. Bendita universidad: el aire fresco llegaría años más tarde.
9 Comentarios
He hecho los deberes. ¿ A qué cole fuiste ? Parte I, II y III leídas.
Me ha gustado mucho, al igual que todos tus artículos pero este es un tema que me gusta mucho y ha surgido en muchas conversaciones
Lo voy a hacer viral entre mis compañeros de Angulas Aguinaga
Un placer el concierto de ayer 🙂
Hasta pronto!
Hola Jon, te felicito por tus artículos sobre los «coles, los he leído con mucho interés. Me gustaría hacer una aportación sobre los estudiantes de La-Salle. Este colegio también se nutre de muchos estudiantes del Colegio San Luis-La Salle, ubicado en la subida al Monte Mendiola, en Bidebieta.
Al pertenecer a la misma congregación religiosa, los profesores de San Luis «animan» a sus alumnos a continuar sus estudios en La Salle. Recuerdo que de mi generación fueron unos 7 alumnos.
Al hablar de Marianistas también mencionaría al mítico entrenador de fútbol Eduardo, que perdió una pierna cuando era un niño. Era un ejemplo para todo el mundo, ¡y cómo jugaba al fútbol! Por cierto, después de entrenar a varios equipos de Madrid ha llegado a trabajar como técnico en la Federación Española de Fútbol.
Yo también pasé por el Usandizaga, y recuerdo ver a Alex Ubago por ahí…A él, y a otro portero de la Real que estaba en los juveniles.
Saludos.
Muchas gracias por tus aportaciones, San Luis!
La Salle de perfil bajo? Y lo dejas así sin más? Creo que estás bastante equivocado. O desde luego, Si La Salle es de perfil bajo…no se porque a otros no se les hace mención sobre su perfil…
Hombre, aspaldiko Alberto, zer moduz? Con lo de perfil bajo quiero decir que no destacaba por nada en especial. No era un colegio elitista ni pijo, tampoco era lo contrario, lo que me parece un acierto. Había más o meno de todo y eso enriquece mucho. Era un piropo, más bien…
Donosti es bastante grande como para solo mencionar 4 colegios… Hay muchas más ikastolas e ikastetxeas. X lo que me ha gustado mucho el texto pero se queda un poco pobre…
Aupa, Nahikari: ésta es la primera pieza de una serie de posts sobre los colegios e Donosti. Llevo dos post, 9 escuelas. Voy poco a poco. Ya irán llegando más capitulos y más colegios…. Besarkada
Y qué pasa con los del Colegio Alemán? 🙂
🙂