Entre la explanada de Sagües y el Peine del Viento hay aproximadamente 5 kilómetros de distancia, la mayoría correspondientes a superficie de playa. Ya se sabe que se puede rodear Urgull por el Paseo Nuevo, así que sólo el tramo que va del Puente de la Zurriola al Boulevard sería 100% urbano. Si esto fuera el Mediterráneo, nuestras costas estarían probablemente atestadas de bares a un palmo del mar y chiringuitos playeros. El PP, partidario de la filosofía «cuantos más chiringuitos mejor«, modificó la Ley de Costas ampliando la superficie que podían ocupar hasta ahora.
En Donostia ha habido un leve repunte chiringuitero gracias a la normativa que entró en vigor el año pasado. Con la nueva temporada de playa varios han abierto las puertas al público y otros no tardarán en hacerlo. Estoy bajando a la playa de la Zurriola y me dirijo al bar Kiosko. Algunos surferos salen del agua. La gente toma el sol, los chavales juegan a fútbol. El tiempo acompaña y se percibe un ambiente relajado, tipícamente veraniego. Hay ganas de playa. Media docena de sombrillas cobijan del sol a los clientes del chiringuito. Sus dueños se muestran exultantes: «Nos han dejado poner una terraza con un máximo de 40 metros. Estamos encantados y los clientes también». En la barra asoman algunas gildas y montaditos, pero avisan de que esto sólo es el comienzo: «También tendremos pulpo, ensaladillas, pintxos…».
Junio no ha hecho más que empezar y a algunos no les ha dado tiempo a reabrir su negocio. Al final de la playa se ubica la Escuela de Surf de Gros. Justo delante hay una caseta que parece abierta, pero que no lo está. Pillo a su responsable hablando por teléfono, precisamente, para poner a punto el local. Al parecer, en el club deportivo andan de obras y aún no dispone de agua, electricidad… De lo básico, vamos, para echar a andar el negocio. «Esperamos tener todo listo en unos días y abrir este fin de semana. A ver», dice con una sonrisa mientras mira el cielo azulado. Ya en el paseo, la cafetería de la discoteca People guarda un pequeño secreto: además de la terraza del paseo de la Zurriola cuenta con otra terraza bastante más apetecible, justo encima de la playa. Para llegar aquí hay que atravesar el interior de la discoteca.
La playa de la Concha está libre de chiringuitos, pero a cambio tenemos dos privilegiadas terrazas a precios mucho más razonables de los que cabría esperar: el Café de la Concha y la Perla. En el primero hay cositas para compartir y tostas por menos de 10 euros.La carta de pescados y carnes ya es otro cantar. En la Perla hay dos opciones: la comida rápida de su terraza-burger o el restaurante, con un menú del día a 20 euros entre semana. Alrededor de la Concha no todo va a ser el GU y sus precios astronómicos. Las vistas aquí también son de las que quitan el hipo.
He llegado a la zona de voleibol de la playa de Ondarreta así que ya debo haber recorrido más de cuatro kilómetros. En la zona de recreo hay una caseta que en agosto del año pasado también puso una pequeña terraza siguiendo la estela de La Carpa, el rey de chiringuitos en Donostia. Su terraza ha sido testigo de conciertos, noches de gintonics y tardes de cañas Mahou. La música es una parte importante del negocio -«cuando he puesto aquí mala música, ¿eh?», le dicen a un cliente habitual- y suenan canciones de Scorpions, George Michael y Pretenders, entre otros. Como en Kiss FM.
Reabrieron la semana pasada tras el éxito cosechado en 2014. Se nota que el negocio es familiar; le imprimen un toque muy amable y cercano. Dan casi de todo para comer (pintxos, raciones, bocadillos) y si quieres sentarte en la barra a tomar algo y charlar con ellos también puedes. Del tiempo, de la playa, de la Real y… de los chiringuitos en San Sebastián, si te apetece.
4 Comentarios
Casualmente el captcha que me ha tocado dice «A9GU», que será el precio en euros de algo en Gu. Bueno, pues a mi me gusta el sitio y está bien que en San Sebastián haya algo así. Si quieres vistas privilegiadas y precios más bajos tú mismo has nombrado La Perla y el Café de La Concha. Tampoco todo el mundo puede alojarse en el María Cristina o el Villa Soro, pero existen porque hay gente que sí. Las cosas valen lo que la gente pague por ellas, y eso incluye un ático en Miraconcha o un gin&tonic en Gu. Por cierto, en Ramsés en Madrid los G&T son a 18€, pero no veo lo que veo en Gu.
Qué casualidad del captcha, Vicente ;). Es cierto que las cosas valgan lo que la gente puede pagar por ellas, al menos en este mundo que nos ha tocado vivir. Seré un ingenuo, pero me encantaría que algo así, tan especial y tan privilegiado, pudiera ser disfrutado por todo el mundo y no sólo por unos cuantos privilegiados.
En Madrid es directamente un escándalo. Conozco bien el percal. La tontería de tomarte un Gintonic en una azotea, por ejemplo, vale de 10 euros para arriba
jon! Se te ve el plumero…cuéntanos q tienes en contra de GU? No será q tienes algún amigote con negocios en la compe…las cañas bien tiradas para quien sabe apreciarlad
Aupa! Lo que tengo en contra del GU es que han cogido el sitio más privilegiado de toda la bahía para montarse un chiringuito deluxe sólo apto para turistas y donostiarras high-class. Y encima van y te dicen que querían hacer algo accesible para que fuera todo el mundo, abierto a la ciudad y tal y cual… No cuela. Y mis amigos curran en sitios bastante menos pudientes. No son competencia :).