Si a los antiguos clientes de Saturnino Delgado les diese por visitar a su peluquero de siempre se llevarían más de una sorpresa. Hace 42 años la peluquería Delgado tenía enfrente una mercería y a su alrededor se apilaban comercios de toda la vida: una tienda de alfombras, una agencia de transportes, un taller mecánico… Nada o casi nada es igual en la calle Zabaleta, sobre todo si nos atenemos al tramo que va desde la avenida Navarra hasta la plaza Cataluña esquina con Gran Vía. El local de Delgado ahí sigue, impertérrito al paso del tiempo, cumpliendo su función de peluquería de barrio ahora que sus hijos se han puesto al frente del negocio.
Bares y cafeterías en la calle Zabaleta no faltan. La enorme cristalera del bar restaurante Salt, por ejemplo, tiene el privilegio de mostrar una esquina de la playa de la Zurriola. Abierto desde febrero, sirven desayunos, plato del día (por nueve euros te puedes comer un cocido completo con bebida y pan) y cócteles que rondan los 6/7 euros. En total, unos 200 metros cuadrados divididos en dos plantas, que también incluye una sala de juego con billares, futbolín, dardos, etc. Si cruzamos la acera y caminamos rumbo a Gran Vía nos encontramos con un bar restaurante también de grandes dimensiones, el Capricho, decorado con imágenes de la Concha y la playa de la Zurriola. Una mezcla de ñoñostiarrismo y furor surfero. Además de los jueves, se apuntan a la moda del pintxo-pote los martes.
En el número 55 se encuentra la cafetería La Guinda, donde también dan de comer. Romina Mosquera abrió el local hace un par de años y su bonita decoración de madera luce elegante y acogedor en el interior. Se nutre básicamente de clientela del barrio y prueba de ello es que una de las camareras, vecina de Gros, desayunaba aquí antes de que se convirtiera en empleada. El pastel de limón, la tarta de dulce, el pastel húmedo de chocolate y el pastel de calabaza, nueces y piña se llevan la palma. Bajando un poco, en la Essencia Ardodenda, no nos dejan pasar. En estos momentos pillamos a sus dueños, Iñaki y Dani, en plena faena: media docena de personas asisten a una cata privada. No saludan y se disculpan amablemente. Otra cafetería de aspecto y nombre acogedor, Hogar Dulce Hogar, asoma en la esquina con la calle Bermingham. No tiene el encanto de La Guinda pero a diferencia de ésta gana en prestaciones: conexión Wifi, sofás, amplitud y hasta incluye una balda con libros.
También sobreviven algunos sitios incombustibles, ajenos a las modas, como el ya mítico restaurante chino Mandarín, y el apañado restaurante Casa Galicia donde fusionan la cocina vasca y la gallega. Si lo que queremos es llevarnos un rápido bocado no fallará el generoso pintxo de tortilla de patata del bar Zabaleta. Su color amarillento y jugosa textura hacen de esta tortilla de las más sabrosas de la ciudad. También tiene su punto el bar de color casi exclusivamente rojo, Zas. Decorado mínimamente con posters de películas, hay que descender un par de escalones para acceder a un diminuto bajo compuesto de una barra… y poco más.
Si la cosa va de tiendas la oferta decae pero hay un par de paradas interesantes. En el número 43, también en un bajo, Vintage closet ofrece eso, ropa vintage; y, pegado, en La Fábrica de Colores cuentan con prendas que se salen de lo habitual. Ya a la altura de la plaza Cataluña lo mejor es continuar caminando por la misma acera hasta llegar al bar Teorema: te sorprenderá la selección musical. Esta noche suena Nikki Hill.
11 Comentarios
También están en esta calle los bares La Gaviota y Pincel.
Yo diría que Hogar Dulce Hogar tiene un sofá (Chesterfield) y un sillón (no sofás). Tiene dos tabletas (iPads) para los clientes pero no funcionan ya. La chimenea no tiene fuego de verdad: es humo o vapor y luces, que lo imitan bien.
Arriba, en vez de «No saludan y se disculpan» posiblemente sería «Nos saludan y se disculpan», ¿no?
También en el Pokhara de Amara Viejo hay algún asiento bien mullido.
El sofá de «Hogar Dulce Hogar» es negro y el sillón es más bien una silla bien acolchada. Entre los libros que tienen está el precioso cuento ilustrado «¡Bonita es la vida!», de Ana Eulate y Nívola Uyá.
Gracias. Hablando de sofás …
Estaría bien tener un listado de bares, cafés, pubs, etc. de Donostia o San Sebastián donde hay al menos un sillón, sofá o asiento bien acolchado, para que sepamos a dónde ir a tomarnos algo esos días que estamos cansados o nos apetece mucha comodidad.
Empiezo la lista:
Lamb (antes Truck), Parte Vieja
Rojo tomate, Igara
Staaf, Egia
Koh Tao, Centro
Bidebide, Centro
Se ruega copiar los aportes en http://boards1.melodysoft.com/donostiaonline/bares-cafeterias-pubs–con-sillones-15.html , para que esté todo junto y más encontrable.
Laia Varela ha ampliado la lista con:
Kafe Botanika, Centro
Hogar Dulce Hogar, Gros
Gogoko Goxuak, hay 2 en el Centro
¿Quién da más?
2 más:
* Mogambo, Antiguo (no se confunda con la mítica sala de la frontera donostiarra-pasaitarra)
* Trikua, Antiguo (bonito local con cuidados productos, hasta con manta para las piernas en la terraza en invierno, pero sin indicación de precios, como tienen derecho los clientes y obliga la ley a los locales para evitar preguntas innecesarias, molestias, malentendidos, engaños, reclamaciones, etc.)
Otro más:
* Salt, Gros (descrito arriba)
2 más:
* Ambigú Estación, Parte Vieja
* Pirpira, Amara Viejo
Uno más:
Sweet Roma, Amara Viejo
2 +:
Zinema Corner, Gros
Terzi, Ibaeta
También hay en:
– le Bukowski, Egia
– La Madame, Centro
– Bideluze (x2), Centro