Tal y como habían planteado el festival desde Ginmusica intuíamos que la edición de este año iba a ir de menos a más. El jueves era el día gordo, la noche en la que menos miedo hubo a mezclar estilos que poco o nada tienen que ver entre sí, y también la velada que menos gente congregó. Una pena que a las nueve apenas se hubieran reunido unas treinta personas alrededor de Bill Ryder-Jones, el ex guitarrista de The Coral que con “A Bad Wind Blows in My Heart”, su reciente segundo disco, se ha reivindicado como un músico cálido con apego por la melodía y que, de paso, se distancia de un debut instrumental y algo áspero. Su voz de recién levantado -o de a punto de acostarse- se presta para ser degustada en la intimidad, pero cuando se arropó de banda y abandonó la guitarra acústica en “Christina, That´s The Saddest Thing” y la enlazó con “You´re Getting Like Your Sister” llegaron sus mejores momentos. “Wild Swans” cayó al final y también brilló con todos al completo.
Cuando Za! entró por la puerta principal del recinto aporreando baquetas y atronando la trompeta parecía un dúo demente de boxeadores dirigiéndose al ring. También se veía que aquello iba a ser el concierto del festival. Y así fue. Eleanor Friedberger, la estrella de la noche, preguntó por ellos durante su concierto y se quedó charlando animadamente con el batería del grupo barcelonés en el espacio reservado al merchandising. Bill Ryder-Jones disfrutaba como un enano con un katxi de cerveza en la mano y bailando en las primeras filas con el resto de su grupo. Tienen mucha miga estos dos chicos: despliegan un vasto imaginario musical (rock, sonidos africanos, electrónica, idioma inventado, free jazz y ¡hasta el estribillo de “Te Estoy Amando Locamente» de Las Grecas!) que queda rematadamente bien y rompen, de paso, con cualquier tipo de etiqueta musical.
Algunos vieron a Eleanor Friedberger y sus famosas botas (ver video), algo frías y distantes. Lo cierto es que la también cantante de The Fiery Furnances no se mostró demasiado comunicativa y, aunque más tarde negó que le molestase el dichoso murmullo que planeó durante su actuación, jugó claramente en su contra. Al parecer venía quemada del ruido de la ciudad (¿!) según confesó a los fans. En la gira de presentación de su segundo disco, el notable “Personal Record”, está siendo acompañada por una nueva banda que capta de maravilla un sonido más rockero y directo y que cuando tiene que retomar las canciones de su debut (“I Won´t Fall Apart On You Tonight”, “Heaven”, “My Mistakes”) salen ganando. Dos detalles: la agridulce balada “Other Boys”, una autobiográfica historia sobre las relaciones abiertas, se ha convertido en el himno tapado, en su interpretación más sentida. El segundo detalle es que, por una vez, hay quien no la comparó con Patti Smith sino con Charlotte Gainsbourg y ella, encantada, lo recogió al día siguiente en su twitter.
Los mallorquines LA, como al día siguiente Miss Cafeína, no se sabe muy bien qué pintaban por allí. Se debieron de colar a una fiesta que el viernes tuvo un marcado carácter indie. Fueron baja de última hora Wilhelm and The Dancing Animals y las miradas estuvieron puestas en el triunvirato principal (Doble Pletina, Wild Honey y Cohete) y otros descarados pamplonicas llamados Kokoshca que deberían reventar la escena independiente de una vez más allá de “La Fuerza”, su mayor himno hasta la fecha. Cohete ganan puntos con instrumentos de viento, pero quedaron eclipsados por dos grupos de pop que saben jugar sus cartas muy bien. Por un lado, los catalanes Doble Pletina ceden el protagonismo de sus delicados temas a los teclados -hubo dos sobre el escenario- y a unas dulces melodías que a más de uno le recordaron a los viejos tiempos del Donosti Sound.
Wild Honey, el proyecto del madrileño Guillermo Farré, por su parte, se encuentra on fire tras haber girado por Japón. Vino acompañado de toda su banda y cada vez trasladan con más acierto al directo muchos de los pequeños matices de “Big Flash”, su segundo disco. Lástima que, una jornada más, el público donostiarra se mostrase demasiado parlanchín: Farré, muy educado, se vio obligado a pedir un poco de silencio antes del arranque de “See How Hard My Heart Is Beating”, una molesta costumbre que no hay forma de atajar.
Que se lo digan a Deptford Goth, que cuando abrieron los conciertos del sábado, visiblemente molestos, se marcharon antes de la hora prevista. A Mendetz que ya habían pasado por aquí en 2007, les pesó la irregularidad de su repertorio y estuvieron más inspirados como DJs. Quienes sí llegaron cargados con un arsenal de hits, ritmos pegadizos y espíritu madchesteriano fueron The Whip, que acabaron de despertar la noche más bailonga.
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