Hace tres años, el blog El Concertino de El País empezaba su andadura reflexionando sobre los desafíos a los que se enfrenta la ópera en un mundo en crisis y mantener así los «niveles de exigencia» de los teatros. El director artístico del Teatro Real de Madrid, Gerard Mortier, enumeraba, entre otros, dos grandes desafíos: la lucha contra la falta de curiosidad del público en la ópera y favorecer «la renovación permanente» del público, muy envejecido frente a otros espectáculos musicales y escénicos. El público, como se ve, estaba en el centro de la diana de preocupaciones. Y, tres años después, en un mundo todavía renqueante por la dichosa crisis, los programadores andan dando vueltas sobre cuál es la fórmula más adecuada para que la ópera termine siendo un bien de consumo que trascienda al elitismo y pueda llegar a todo el mundo.
«La fórmula creo que es que la gente poco a poco vaya conociendo la ópera y que vea que no es solo apta para cierto tipo de personas ni con dinero ni de cierta edad, sino para todo tipo de público», explica la soprano Ainhoa Garmendia, directora de la compañía Donostiarra Opus Lírica, que debutó en abril de 2014 en el Kursaal con la ópera cómica «El Elixir de amor» de Donizetti. «Hay óperas y óperas», reconoce. «Algunas son más ideales que otras para personas que no hayan ido nunca o que no estén tan acostumbradas; pero, en general, el público de la ópera no tiene edad».
Aquella obra de Donizetti no fue un estreno más: se trató de la primera zancada de Opus Lírica en un ambicioso proyecto que contempla poner en marcha una temporada estable de ópera en San Sebastián. Su plan consiste en interpretar 3 o 4 óperas al año. Y en eso andan. «Ahora mismo lo que más urge es que nos apoyen con alguna subvención pero también con el apoyo de las personas haciéndose socias y aportando cada uno todo lo que pueda». El pasado febrero se animaron con otra representación de «El Barbero de Sevilla» de Rossini en el Teatro Victoria Eugenia -«no estamos atados a un teatro sino que iremos al Kursaal o al Victoria Eugenia según las exigencias de cada ópera», apunta Ainhoa- con el que triunfaron entre el público donostiarra, según subrayan las críticas.
El tercer round tendrá lugar los próximos 15 y 17 de mayo en el Kursaal con la conocida obra «Rigoletto» de Verdi. Con ese afán de atraer al máximo público posible, especialmente el joven, han puesto a la venta entradas a 18 euros para los menores de 25 años y para el resto se pueden adquirir desde 35 euros. Pero, ahora bien, ¿cómo se le vende a un aficionado a la música rock o asiduo al teatro convencional un género de música teatral que asociamos a paladares cultivados? «Rigoletto, por ejemplo, es una ópera increíble. Es como una película en el sentido en el que la trama tiene mucha tensión y la música es impresionante en algunos momentos. Es una obra maestra».
Además, va a ser la primera producción propia de Opus Lírica. Los decorados no han sido alquilados, como suele ser habitual, sino que son propios. El reparto es joven. Se la juegan. Puede ser la confirmación de que en Donostia hay hambre de ópera.
No hay comentarios