No es habitual que dos directores se muestren tan modestos como Jon Garaño y Jose Mari Goenaga. Cuando te dicen que con su anterior película, “80 egunean”, se sintieron “embajadores del euskera”, lo dicen con tiento, se disculpan, lo matizan. Y sin embargo, lo podrían decir bien alto, “80 egunean” se vio en muchos festivales internacionales e incluso llegó a estrenarse en 15 salas en Francia. Me comentan, además, que ese mismo día les han llamado de un cineclub en Asturias para pedirla, 4 años después de su estreno.
También son modestos a la hora de explicar sus referentes para esta última película, “Loreak”. Mencionan a Hitchcock, como si fuera algún tipo de blasfemia. Goenaga explica que lo tiene en mente en cuanto a “cómo te acercas a las historias, pensando siempre en el espectador. Qué información tiene en cada momento, qué sabe. No es suspense pero sí que tiene ciertos elementos thriller”. Cita también a Kieslowski, concretamente al “Kieslowski más Hitchcock” y señalan como ejemplo “No amarás”, que explican -una vez más con modestia- que ha estado muy presente. También confiesan un cierto homenaje estético -involuntario- en los créditos finales a “Nunca me abandones”, de Mark Romanek. Sí han tenido más presente, a nivel de composición de planos, la serie británica “Utopía”.
La idea de la película es de Goenaga. “Surge de una imagen, lo que era antes el título (inicialmente “Loreak errepidean”). Cuando vas en coche y ves estas flores. Una imagen sugerente, siempre te preguntas que hay detrás. Y a partir de ahí empecé a construir una historia”. Explican que la simbología es importante en la película. “Trata de una mujer de unos cuarenta años a la que le diagnostican una menopausia precoz. Empieza a recibir flores en su casa, semana tras semana. Al recibir estas flores, que no sabe quién se las envía, empieza a ilusionarse. Al contrario, los celos y la suspicacia empiezan a crecer en su pareja. Tiene bastantes giros y algo de estructura de puzle.”
Esta condición de puzle ha llevado a los directores a reconstruir la película en el montaje. “Cortando cosas y cambiando de orden tenemos la sensación de que hemos vuelto a la esencia de lo que queríamos contar”, explica Garaño. Tanto es así que varias secuencias se han quedado fuera, e incluso algunos actores ya no aparecen. De 2h 22 iniciales se ha quedado en 98 minutos. Esto ha provocado cierta confusión acerca del tema de la película, pues en los medios aparecieron unas imágenes del rodaje relacionadas con unos restos en una fosa, y se hablaba de que el argumento gira en torno a la memoria histórica, pero estás imágenes no están en el montaje final. El tema de la memoria histórica no aparece en la película, porque consideraron que “te sacaba de la historia intimista”. “Pero sí es una película sobre la memoria, sobre cómo la manipulamos a veces, sobre cómo nos enfrentamos a ella, sobre si lo que recuerdas es real o no”.
Hablamos del cine en euskera. Garaño explica su punto de vista: “Creo que se tienen que hacer películas en euskera, y es importante que ETB las apoye. Si no fuera por ETB no se podría hacer, porque hay mucha gente a la que le da reparo ir a verlas porque son en euskera, ya aquí, y fuera aún más. Eso las hace comercialmente poco viables. En ese sentido sí que sientes, ya que se hacen pocas, cierta responsabilidad. Pero aparte de eso, estamos en una época de crisis, en la que está bajando la aportación a la cultura y por eso sientes una doble responsabilidad. Sientes que no puedes defraudar, porque una parte importante del presupuesto es público, y no te lo puedes tomar a la ligera. No es tu dinero, es el dinero de todos”. Aunque también comentan que durante el rodaje se olvidan de todo eso, porque sería una carga imposible de llevar, intentando “agradar a todos los públicos”, y se centran en hacer su trabajo lo mejor posible.
“Nos hemos movido mucho con la película, siempre te preguntan por el euskera y por el País Vasco. Suena un poco pretencioso pero estás haciendo la labor de embajador de una lengua y de un lugar·», argumenta Garaño, hasta que se queda en silencio y termina concluyendo “¡Embajador suena fatal!”. Lo que sí tienen claro es que estos proyectos que se levantan con dinero público “en cierta forma los tienes que devolver en otro sentido, por algo invierten en eso. Que aporte algo en algún sentido, por el idioma, por la temática…”.
Sobre la trayectoria en cines de “80 egunean” comentan que es una película que se ha visto más fuera. “En festivales y se ha estrenado en Francia, en Polonia, en Noruega. Estás haciendo algo para nosotros, pero te das cuenta de que también puede ser para otros. Es algo que te motiva, no contar solo con el público euskaldun”. Sin embargo, fuera de Euskadi, en España, solo se estrenó en una sala en Madrid y otra en Barcelona, debido en parte a que la versión original es muy minoritaria. Explican que “Loreak”, muy probablemente, se doblará. También quieren intentar acceder al circuito de festivales antes de estrenarla comercialmente, pues “80 egunean” ha tenido un buen recorrido y creen que habría sido mejor para la película estrenarla en salas después.
Finalmente les pido que dejen la modestia a un lado y expliquen por qué el público debería ir a verla. Goenaga se lanza: “Es una película llena de giros que, aunque no es un thriller, sí que va a enganchar al público, con pequeños misterios. Además creo que a la gente le va a dar qué pensar y hablará sobre ella al salir. Da juego para posibles interpretaciones. Los actores están muy bien y a nivel de imagen es una película muy bonita.” Garaño está de acuerdo con la descripción y añade “Estamos contentos con la peli. Ha habido buen feedback.”
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