“Gente en sitios” es una anomalía dentro del cine español. Una película que ha sido alabada unánimemente por la crítica; que está en muchas de las listas nacionales de lo mejor del año; que fue seleccionada para el festival de Toronto (incluso antes de estar terminada), uno de los más importantes del mundo y después se vio en el Zinemaldia. Sin embargo, sin una sola nominación en los Goya y con una escasísima presencia en salas aunque el boca a boca esté haciendo su efecto. Ahora, Los Jueves del Trueba la traen a Donostia y con ella viene su director, Juan Cavestany. Una buena oportunidad para descubrir quién se esconde tras esta afortunada anomalía.
Uno intenta responder esta pregunta atendiendo a su filmografía, pero su primera película como director, más que aclararnos algo, nos despista: “El asombroso mundo de Pocholo y Borjamari”. Parece no ser el mismo director, se lo pregunto con tiento y él responde con bastante consciencia. “Está hecha en una época en la que estaba más fascinado por el humor de ‘Saturday Night Live’, Adam Sandler, Ben Stiller. Aquella película fue una especie de chiquillada, le tengo cariño pero… no se debió hacer así”.
Después me pregunta si me gustó y yo… no le miento. Pero no importa, Cavestany es un tipo sensato y sabe muy bien lo que hace. Esta sensatez y su seriedad parece contrastar con ese humor desconcertante, surrealista y extraño de esta nueva película. Sus referentes humorísticos ya no son únicamente los de “Saturday Night Live”. “Ahora se habla mucho del post-humor, y me dicen que esto lo es. Es una etiqueta que ha salido que supongo que responde a un humor que no está tan claro, que es medio incómodo, que cae como de boca contra el suelo. ‘The Office’ es una serie que me gusta mucho. Luego Ricky Gervais me dejó de interesar, porque ha entrado en la provocación muy abierta. Sin embargo, Stephen Merchant, que escribió la serie con él ha hecho después otra que me ha interesado mucho, ‘Hello Ladies’. El humor que no sé hacer es el de sitcom. Me gustan las series clásicas pero yo no sé hacer eso. Me gusta Monty Python. Miguel Noguera ahora mismo me fascina”.
Su último trabajo nace de ese humor pero también de otras influencias, como el universo de Kafka. “Por esa época, hice un taller sobre Kafka basado en sus textos cortos, que no conocía. Me empezó a rondar la idea de por qué el relato corto no funciona mucho en cine. Además, Kafka me parece una cumbre de la literatura y su universo me encanta”. Eligió el relato “El puente” para una de las historias de la película porque fue el que más le gustó. “Un poema en prosa muy evocador, sobre el hombre sometido y su resistencia”.
Además de estos precedentes, partió de tres premisas básicas: escenas dispersas, no tener hilo conductor y que esté saliendo gente constantemente. Hasta 80 personajes aparecen en la película. “Quería la mayor cantidad de gente posible. Gente nueva, sorprendente.”. Calcula que un tercio son famosos, otro tercio es una franja intermedia de actores de teatro o de la tele, y el resto son desconocidos. Se lo puso muy fácil quedando cuando ellos podían. Rodó un día a la semana durante seis meses.
En cuanto a no querer hilo conductor, explica que “no lo quería porque en las películas de vidas cruzadas a veces está forzado. Pero sabía que algo iba a tener que salir, porque sino podría parecer una colección de vídeos de Youtube, que mucha gente lo ve así. Una buena definición del hilo conductor es gente que busca soluciones. Soluciones a pequeñas crisis, a pequeños malentendidos, pequeños y grandes a la vez, a las dificultades de la existencia. Es una película sobre la búsqueda de la subsistencia. Esa es una forma de explicarla, pero como es una película descaradamente poliédrica y escurridiza, hay otras. En Toronto se vio como una película de la crisis de España. Es otra posible explicación, yo vivo la crisis la padezco, de alguna forma está ahí aunque yo no era consciente cuando lo hacía”.
“Todos los episodios surgen de la necesidad de plasmar algo. No hay gag, no hay desarrollo”. Era otra de las condiciones que se había propuesto, que las escenas no podían ser sketches resueltos, para evitar que la película fuera un conjunto de cortos. Por eso la estructura también era un aspecto muy importante. “Dedicamos bastante tiempo a encontrar el orden de las escenas. Buscaba una sensación de montaje fluida, que la película fuera algo unitario. Buscar escenas que concuerden juntas y después buscar un cambio brusco. Una combinación de ambas cosas”. Después de Toronto incluso llegaron a cambiar el orden.
“Gente en sitios” está rodada con mínimos medios: su pequeña cámara Panasonic, “una cámara par irte de vacaciones”. En algunas escenas sí hubo operadores con cámaras Canon (5D, 7D), en la inicial del restaurante, en la de la chica en el coche hacia el final y en un par más. El resto lo grabó con su cámara. En algunas escenas incluso están mezcladas las texturas. En la historia de Santiago Segura, la parte de la compra en el chino está rodada con su cámara y la parte del coche con cámaras más profesionales, mezclando así diferentes texturas. “Me daba exactamente igual”. Dice haber aprendido, desde sus anteriores películas a aprovechar las posibilidades de una cámara tan pequeña y por eso hay planos que dan mucho el pego. “En ‘Dispongo de barcos’ y ‘El señor’ hay cosas más feístas, y aquí están más cuidadas”
“Me gusta pero me siento culpable. Hay una sensación de amateurismo que hay gente que no acepta. Aprenderé a usar una cámara mejor y hacerlo un pelín mejor”. Recuerda que él ha hecho películas “normales” con equipo, iluminación, operador, y le ha agobiado mucho los tiempos que se utilizan ahí. “El tiempo que se dedica a la actuación en una película normal con jornada de ocho horas es, posiblemente el mismo que he he invertido yo trabajando de esta manera. Asumo que no voy a poder volver a hacer películas sin pagar a la gente, como ha sido el caso, y tendré que buscar dinero en algún lado, aunque sea debajo de las piedras. Esta se ha hecho a partir de una cooperativa de palabra. Les pedí una colaboración a expensas de unos posibles beneficios. Si la película da beneficios los repartiré.
“A veces digo medio en broma que me hubiera gustado ser como Bayona. Cuando era pequeño soñaba con hacer ese tipo de películas, pero uno al final hace no necesariamente lo que le ha gustado sino lo que le ha salido”. Precisamente, uno de los planos de la película está cedido de “Lo imposible” (un momento del episodio del puente, de cámara subacuática). De su amigo Borja Cobeaga tomó prestado el escenario de su corto “Democracia”. Necesitaba un auditorio lleno de gente y lo aprovechó. Cuando pararon para comer, les pidió a los figurantes que esperaran un poco. Después, algunos de ellos participaron en la película, como por ejemplo Luiso Bermejo.
Explica su punto de vista sobre la ausencia de nominaciones en los Goya. “No me sorprendió tanto porque la película se estrenó bastante tarde y no hubo mucho tiempo para que se viera. Por otro lado, honestamente creo que es una película que está por debajo del radar de lo que se vota en la academia, lo cual me parece normal. No me parece escandaloso. Se ha nombrado tanto la ausencia de ‘Gente en sitios’ en los Goya como a muchas de las películas candidatas. Para nosotros ha sido guay porque te están mencionando como si estuviera nominada. No lo está y lo entiendo y lo asumo perfectamente. Lo que me sorprende más es que no estuviera en los Feroz que son premios de la crítica.
No hay comentarios