“HOMENATGE A CATALUNYA II”: REINICIANDO EL SISTEMA

En Kresala Zinekluba de la calle Arrasate se planteó un jugoso coloquio tras la proyección. Joana Conill, una de las tres personas del equipo de dirección de la película, dijo, entre otras muchas cosas, que los 70 entrevistados de “Homenatge a Catalunya II” viven dentro y fuera del sistema al mismo tiempo. Su mensaje vino a ser el siguiente: si te resulta imposible vivir al margen del sistema, no pasa nada. No te sientas culpable. Vamos a transformar las cosas, a pensar en colectivo y construir una realidad mejor entre todos.

No es ésta la historia de unos cuantos iluminados, de los tres gatos de siempre que dicen tener la solución a los males capitalistas encerrándose en sus casas y despotricando contra todo. Son ciudadanos catalanes que podrían ser vascos, italianos, argentinos, de Londres y Pekin. Son historias universales. Se mueven principalmente por una serie de cuestiones ideológicas y morales, pero también por supervivencia, por ser “más felices”, por una vida mejor.

Ahí está el caso de Raúl Cruz, un chico de ciudad que frecuentaba círculos universitarios y tenía un trabajo estable pero que un día decide dedicarse a la agricultura ecológica. O los casos de Sara, Neus, Joana y Elena, que montaron una cooperativa para “crear conciencia” sobre la cultura de la paz, los conflictos de género o la educación. “Homenatge a Catalunya II” también se detiene en explicar el funcionamiento de la banca ética (Fiaré y Triodos), los cultivos urbanos, el trueque, la moneda social y otras formas de vida alternativas.

Se quiere hacer ver que otra vida es posible. Acierta con muchas de las reflexiones críticas del círculo vicioso capitalista -el tiempo se divide en dos: trabajo (producción) y ocio (consumo)- y resulta más necesario si cabe en estos tiempos poco esperanzadores. El mensaje, eso sí, hace aguas cuando se aleja de los casos prácticos en la introducción -¿de verdad se necesita contextualizar la crisis?- y en un epílogo dogmático en el que se subraya la tesis de sus autores: “No es sólo una crisis económica, es una crisis social, ecológica, espiritual y espacial (¡?)”.

Otra cosa muy distinta es su valor artístico. Seguramente Conill, Manuel Castells y Álex Ruiz nunca pensaron en términos cinematográficos y concibieron este proyecto como una mera herramienta de investigación social y política. Para entendernos: si viste aquel capítulo final de “Salvados” en el que Jordi Évole “reiniciaba el sistema” se repetirán aquí algunos patrones -la mirada positiva, el beneficio social, la solidaridad, las prácticas económicas no mercantilistas- sólo que sin el mordiente ni el acabado visual de aquel.

El formato elegido es el del clásico documental de corte académico con entrevistas a cámara acompañada de fotos e imágenes de archivo y una voz en off femenina omnipresente que recuerda al de los videos institucionales. Se echa de menos una mayor audacia audiovisual, innovación y gusto estético. Con todo, “Homenatge a Catalunya II” hay que verla como lo que es: una palanca de cambio, revolucionaria, de un nuevo mundo en construcción.