Cachondeo
Esta edición empezó fuerte, pues la primera noche coincidía con Halloween. El Principal se convierte en una fiesta en la sesión de pasada la media noche. Concurso de disfraces en el escenario, que tuvo su momento cumbre cuando Edorta Subijana -jurado provisional del concurso- bajó en brazos a una de las participantes que iba disfrazada de la Valkiria de “El gran Lebowski”. Nadie sabe cómo terminó ganando un habitual que solo llevaba puesta una peluca.
Como siempre, gran parte del cachondeo lo vivimos en algunas de las mejores malas películas. Por ejemplo, “Summer Camp”, una coproducción España-USA, rodada en España pero diseñada para el público americano, usando los nombres que pueden reconocer fácilmente, cómo “Javier” y “Antonio”. De hecho, el grito “¡¡Antoniooo!!” con acento guiri nos acompañó ya toda la semana, en boca de nuestro querido público. “La Semana, the movie”, fue otra de las películas diseñadas para el pitorreo. Creada por el colectivo Kristonkino, estaba sustentada por grabaciones en la edición del año pasado, además de una subtrama de zombies al estilo found footage que encajaba muy bien con la sección temática de este año “Sigue grabando” -aunque no sé si tan bien con la chanza de la propia película-. Sea como fuere, nos dejó momentos divertidos con Pijama Man, que además de formar parte de la película, salió al escenario a lanzar latas de cerveza con algún percance incluido.
Pero si para mí hubo un momento impactante de verdad fue el de ver a mi querido Schwarzenegger en un papel completamente dramático, de padrazo de una niña en fas de putrefacción, en “Maggie”. Dos momentos cumbre: cuando explica que ha plantado unas margaritas y, lo que todos estábamos esperando, cuando suelta una lagrimilla – pequeña, lo que podía el pobre. La película era flojita, pero el documento histórico indiscutible.
La entrega de premios siempre es un momento bonito en la Semana, y esta vez se saldó con un selfie que nos inmortalizó desde el escenario:
¡Aquí estamos en la Gala de clausura y recogida de premios! #PESANTA @horrorfestival @donostiakultura pic.twitter.com/NCuR0QyG0M
— PESANTA CORTOMETRAJE (@pesantacorto) November 6, 2015
Películas
Sé que esto os interesa menos, pero algunos también vamos a la Semana de Terror a ver buenas películas de género. Y digo algunos, porque este año he llegado a desesperar con la turrada que han dado algunos espectadores. Antes se respetaban un poco más las películas interesantes y se reservaba el pitorreo para las tonterías, pero parece que hay algunos que tienen el filtro roto. Y lo peor, hay más de uno y más de dos, que no se dan cuenta de que no tienen gracia, y es raro, porque se les ha gritado explícitamente durante alguna sesión y el resto lo hemos aplaudido.
El pase de “La bruja”, que es una de las mejores películas del género de este año, estuvo plagado de reiterativas quejas y lo que podríamos denominar comentarios-ruido. Me encanta el ambiente gamberro de la Semana, pero a los que simplemente no callan indiscriminadamente, les mostraría la puerta, como hizo alguna espectadora. “La bruja” era una película muy atmosférica, malsana, y no le vino bien ese entorno. Recomendableen cualquier caso.
Así como “We are still here”, sobre una casa encantada que no pierde un segundo para entrar en acción y que tiene más de un momento de tensión. Esta se respetó más, quizá porque ya era tarde. “Curtain”, con una de las premisas más locas de esta edición, se toma en serio a sí misma y nos mantiene entretenidos con una cortina de baño que desaparece por un portal interdimensional. No decae, a pesar de que parece imposible mantener ese argumento.
Aunque si hubo una película que el público disfrutó fue “Turbo Kid”, de hecho, ganó con amplio margen. Su música de sintetizador ochentero levantó palmadas constantemente. Nos ganó con sus guiños al cine de los ochenta, y con sus momentos gore naif.
Fiestas
Aparte de el bar del propio cine, que es una fiesta en sí misma -en alguna película que me escapé me encontré escuchando batallitas de Pumares que se sacó una foto con Axel Casas- hubo dos fiestas externas. La primera de ellas, el ya tradicional karaoke, que este año se celebraba en el Dabadaba por primera vez y que ha sido, de lejos, la más exitosa en tiempo. Todo tipo de música, desde el torito del Fari hasta el “My Way” de Sinatra, desde el “Amante Bandido” de Miguel Bosé al “Gay bar” de Electric Six. Todo el mundo muy entregado, más al espectáculo que al afinamiento, todo hay que decirlo. De una manera u otra, hubo nivel.
Y por supuesto, la fiesta de clausura en el Bataplan. Con DJ Reflotron -bajo este nombre se esconde «El gato mira raro”- pinchando música de los ochenta con vinilos. Artistas como Betty Missiego o Julio Iglesias fueron bien recibidos. Una opción ideal para repasar lo que nos había dejado la Semana y mezclarnos con algunos de los premiados. Una fiesta para terminar con una sesión de películas que es también en sí misma una fiesta.
2 Comentarios
Por mucho que lo disfraces de fiesta, la clausura tiene pinta de haberse convertido en la noche de los sables enhiestos, toda una bacanal de nabos incorruptos culminada con el recital onanista habitual al que acostumbra este tipo de público de serie B en el tiempo libre que les queda entre partida y partida de Dragones y Mazmorras. Eso sí, llego a pillar a Iñaki en el Bataplan y le dejo el petisuis más barnizado que el nuevo pasamanos del María Cristina. Qué le voy a hacer; una que no puede, ni malditas las ganas, resistirse a sus históricas debilidades, entre las que Iñaki siempre ha destacado con un liderazgo indiscutible y golosón. Dónde se esconderá ese calamar…
¡Admiradora a la vista, Iñaki! ¡Y con ganas locas de pillarte por banda!