La sala de exposiciones del Koldo Mitxelena es ahora mismo un misterio, como una caja de sorpresas de varios autores. En cada esquina, recoveco o sala hay distintas piezas de arte contemporáneo por descubrir gracias a una iniciativa englobada en el Programa de Artistas Jóvenes de Gipuzkoa 2015-2016. Obras que necesitan de una, dos y hasta varias miradas para captar todo su significado. Encontramos a Iván Gómez trabajando entre polvo y escombros, como si fuese el único operario de la cuadrilla de obreros que se ha quedado trabajando en el tajo hasta más tarde. Su proyecto expositivo está dividido en dos partes y se llama Roma y Remoria, un ocurrente juego de palabras que «hace referencia al mito fundacional de la ciudad de Roma que tiene por personajes a los gemelos Rómulo y Remo. Remoria sería la ciudad que hubiese fundado Remo si no hubiera muerto a manos de su hermano». «Utilizo este binomio para repensar la historia y la memoria», explica, donde por un lado hay una serie de imágenes, vídeos e instalaciones y, por otro, la obra está en continuo movimiento gracias a su trabajo en tiempo real.
Nos encontramos a Mikel R. Nieto y hablamos sobre las fronteras entre el silencio y el sonido, mucho más difusas de las que en un principio pueden parecer. ¿Qué es exactamente el silencio, los intervalos que quedan entre un sonido y otro? ¿La negación del ruido? Y ya que estamos, ¿lo que para mí no es ruido para ti sí lo es y viceversa? Conversar con este artista sonoro sobre estas cuestiones no tiene desperdicio. Su propuesta artística es tan intrigante como espartano: en una sala oscurísima donde apenas se ve nada ha colocado un banco para piano, un libro del músico John Cage titulado «Silencio» que está sobre un atril y unos micrófonos. Su idea es que la gente -bien motu proprio, bien empujado por las breves indicaciones de la entrada- se anime a leer algunos párrafos del libro en voz alta para así poder elaborar una pieza con los «silencios» generados entre palabra y palabra. El resultado final se donará al Koldo Mitxelena, cerrando así el círculo creado por el artista que en 2007 tomó prestado un ejemplar de “Silencio” de la biblioteca y lo acabó perdiendo teniéndose que comprar uno nuevo.
De la oscura sala de Mikel a otra en la que unas llamativas luces de neón rojas en las que se puede leer «#SyntheticLove» rompen la negrura de la oscuridad. Izaskun Álvarez Gainza es de Errenteria y trabaja como profesora en la Facultad de Bellas Artes de la UPV desde marzo de 2010. Su pieza viene a ser un compendio de las «cuestiones formales como conceptuales» que le interesan y tienen su origen en dos hechos «muy significativos» que se iniciaron el mismo día, el 20 de febrero de 2015: el robo de su ordenador y una ·»intensa y radical» historia de amor.
Partiendo de estas premisas aparentemente inconexas ha creado una instalación interactiva con la que a través de la luz (neón, leds, infrarrojos y una proyección) crea una serie de «situaciones que giran en torno al amor como concepto». Se oyen unas palpitaciones que cuando nuestro dedo entra en contacto con un botón se adecuan al ritmo de nuestro corazón. Además del folleto explicativo de la entrada, hay un ticket (que a nuestra llegada está agotado) en el que se debería imprimir la fecha y hora en la que el usuario ha interaccionado con la instalación.
Las dos salas centrales de la exposición están reservadas para la artista bilbaina Nadia Barkate, a la que le han concedido el premio Extraordinario del Programa -todos los artistas que se presentaron a la convocatoria de la Diputación recibieron una dotación de 3.500 euros- y Xare Álvarez Berakoetxea, quien también obtuvo una Mención Especial. En el primer caso, se valoró «su compromiso con el dibujo, que se ha visto representado en la combinación de referencias psicodélicas e imaginario popular». Según reconoce ella misma, «ahora estoy con unas series que trato de masticar y estirar como un chicle. En ese momento en el que no tengo ni idea de lo que estoy haciendo, cuando todo lo que había pensado se deforma al pasar por mi mano, disfruto».
Xare, mientras tanto, ha realizado una reflexión en torno a «la materialidad del medio escultórico y los procesos de elaboración». Su obra se titula 15/32, números que hacen referencia al material y las proporciones de sus componentes: 15 litros de agua y 32 kilos de cemento. «Materia y forma están en el centro de mi trabajo», resume, y las distintas piezas de cemento que están distribuidas por el espacio y que acaban dialogando entre sí «generan un vocabulario de formas y una sintaxis que oscilan de lo crítico a lo enigmático».
La donostiarra Ane Meoki, por su parte, presenta «Supplement», una colección de dibujos con la que ha formado un archivo personal de imágenes recogidas de revistas de moda, diseño e Internet. Los otros dos jóvenes artistas que completan la muestra son Julen García Muella, que aporta » imágenes en las que aparecen diferentes elementos con la capacidad de incluir y de excluir» y Elisabeth Domínguez Ran con «cosas que mediante gestos sensibles se trasladan hacia otra parte,donde no significan de la misma manera».
1 Comentario
Esto es lo que pasa cuando un artista descubre que no sabe dibujar, pura zurulllada que da cobertura al juego del gasto público en «arte» por parte de las instituciones públicas, y a la larga mierda con la que se blanquea dinero negro. Jodidos tiburones en formol que nadie desearía tener en casa, porque al final se pudren y apestan.