Es cierto que el fenómeno Do It Yourself (DIY) o «hazlo tú mismo» siempre ha estado ahí. La diferencia es que en los últimos años todo lo que lleva la etiqueta «hecho a mano» se ha hecho muy fuerte con millones de seguidores en todo el mundo; lo que estaba abocado a la marginalidad ahora mola, se ha convertido en tendencia, gracias a las posibilidades que brinda Internet como mercado global en un mundo cada vez más virtual. Plataformas de compra y venta de manualidades tipo Etsi son la muestra más palpable del éxito de esta vertiente artesanal que abarca un amplio espectro: joyas, arte, decoración, ropa, bolsos, bebidas, hasta vestidos de boda se ofrecen bajo el paraguas handmade.
En San Sebastián el boom ha llegado en el último año, sobre todo, de la mano de los distintos mercadillos que se celebran en la ciudad: Vintage Market, Sunday Market, Igara Market, los que se celebran el primer domingo de cada mes en bar Staaf, Undermount, La Central, Dabadaba… Ya lo comprobamos este domingo in situ en la quinta edición de Igara Market, en el espacio de The Gallery en el barrio de Igara: vimos pasteles caseros, bisutería, láminas, camisetas, carteras recicladas, láminas, muebles, postales, carteles… Buena parte de los 27 puestos allí presentes ofrecían productos con un alto componente artesanal y artístico; en su mayoría son veinteañeros y treintañeros que por hobbie y/o vocación profesional se lanzan a pecho descubierto a vender sus trabajos. Saben que tienen demanda. Que los compradores valoran las cosas hechas con cariño y mimo.
«Hay una corriente artesanal de hacer las cosas por ti mismo, desde la comida hasta la ropa. Se está volviendo a los orígenes porque cada vez más gente se aleja de las cosas hechas en fábrica a lo bestia», explica Libe, una de las participantes en la pasada edición de Igara Market. A través de su marca, Home Fabrik, rescata objetos y muebles que están en desuso, muchas veces de la calle, y les proporciona una segunda vida. El resultado es bien bonito.
Yolanda Joyita, por su parte, combina artesanía y lujo. «Trabajo los metales y creo joyas personalizadas. Mis piezas son 100% manufacturadas, desde la fundición del metal al lingote y su posterior trabajo hasta llegar a fabricar las piezas o formas deseadas. Diseño a partir de conversaciones con los clientes, bien presenciales u online», comenta. Pasa «mucho tiempo» seleccionando materiales de calidad y «a poder ser naturales: madera, nácar, coral, piedras… Siento mucha debilidad por todo lo que viene del mar». Su discurso sobre el consumo es muy parecido al de Libe -«es importante la identidad de consumo, no ser masa ni actuar como ella. Consumir de otra manera. Elegir los materiales o productos con factura humana y local»- y reconoce que sus trabajos son «cada vez más aceptados, deseados y solicitados».
Podríamos hablar de sectores enteros que han despegado gracias a la moda handmade -los bolsos de tela y las cervezas artesanales, por ejemplo-, y que casi merecen un capítulo aparte. Pero en Donostia, además de la labor de los mercadillos vintage no podemos olvidar la comunidad de artesanos-artistas que se mueven alrededor del vivero cultural de Undermount, en Igeldo. Prácticamente todas las semanas ofrecen talleres de todo tipo (cerveza, papel, pasta fresca, litografía, cerámica…). «¡A quién no le gusta decir que lo he hecho yo!», exclama Laura Míner, una de las responsables del local. «Tenemos un grupo de residentes que vienen cada semana y hacen cosas muy interesantes. Algunos utilizan el taller de modo abierto, o sea, ellos son autónomos y trabajan en sus propias obras y otros toman clases de técnica y se les orienta en materiales, formación, etc.», cuenta.
Entre todos los talleres y cursos que ofrecen, los de cerámica están teniendo una gran acogida. «Lo estamos petando. Parece ser una disciplina que evoca muchas cosas: da muy buenas vibraciones, crea una conexión con la tierra y ese contacto con el barro aporta algo especial. Encima es totalmente gratificante y amable. !A embarrarse todo el mundo!».
Existe, asimismo, un club, Handmade Donostia, que también impulsa talleres «a aquellos amantes del craft, de las manualidades y del handmade». Compuesto por 9 chicas aficionadas a la artesanía y creatividad, un buen día decidieron que si compartían su hobby en grupo iba a resultar «más enriquecedor que hacerlo individualmente». Se suelen reunir en el bar Botánica y el pasado sábado 14 tuvo lugar su último encuentro: un taller para crear un mini álbum de scrapbooking.
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