Espacio, tiempo y rigor geométrico son algunos de los ingredientes principales de los que echa mano el artista Pablo Valbuena (Madrid, 1978) en su exposición «The Remains of Time» (Lo que queda del tiempo») en la sala de exposiciones de Koldo Mitxelena Kulturunea (KMK). En realidad, el espectador de esta obra deberá detenerse en dos áreas bien distintas.
La primera es la más espectacular. La pieza central, Q-tiling, está compuesta por una serie de 400 baldosas colocadas en el suelo del patio que pueden llegar a generar 25.600 millones de posibilidades formales, siguiendo así los diagramas de Sebastian Truchet (1657-1729). En cada azulejo están pintados dos triángulos, uno en blanco y otro en negro. Y a lo largo del tiempo que ha durado la exposición, los trabajadores del propio KMK han recolocado las baldosas manualmente hasta 24 veces según las imágenes que se pueden contemplar en las paredes de la sala. No son 25.600 millones, pero el experimento es realmente fascinante.
De esta forma, Valbuena reflexiona sobre la idea de una metamorfósis infinita, donde todo cambia y se queda como está al mismo tiempo. Muy recomendable.
En la otra zona de la exposición Valbuena se adentra en la idea del pensamiento cinematográfico, en la que el montaje surge en el transcurso del visitante por la sala de exposiciones. Además de la serie Light studies, tal vez lo más interesante se concentre en la serie Light Geometries. En la pared se proyectan una secuencia de figuras geométricas que ponen en cuestión lo que perciben nuestros sentidos. ¿Me puedo fiar de mi vista o realmente me está jugando una mala pasada? Las imágenes no son lo que parecen. O sí.
Sólo tienes el día de hoy (16:00 – 20:00) y mañana sábado (11:00 – 14:00 / 16:00 – 20:00) para sumergirte en el apasionante mundo de Pablo Valbuena. Última llamada.
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