JUEVES
El jueves tuvimos un show interactivo que fue tan divertido como prometía: Monsterchef. Áxel Casas y Ronquete se dedicaron a cocinar en pantalla todo tipo de recetas terroríficas con dedos, dientes, ojos, cerebro, sangre y semen. Al mismo tiempo, nosotros comíamos los resultados que teníamos en una caja misteriosa en la butaca. Una sesión muy divertida y unas texturas muy conseguidas que daban bastante repelús. Lo completaron con apariciones en directo de Didac Alcaraz y Roboprimo. Todo un éxito.
Al final de la noche llegó el evento clave de la Semana: el karaoke. Un karaoke con solera que por problemas de logística llevaba unos años sin organizarse. Teníamos ganas. En el Staaf nos montaron una buen escenario, féretro incluido. El mismísimo Jaume Balagueró, durante la presentación de “REC4” (última película del día), anunció su presencia en el evento lanzándose con un anticipo de “Gavilán o Paloma” desde el escenario.
Eso sí, luego se rajó. El director que sí apareció fue Sam (“Pos eso”) -quizá así se ganó al público y su película quedó tercera-, aunque no cantó por no haber Metallica en el menú. No es raro tener a directores en el karaoke. El mismísimo Nacho Vigalondo, rey del karaoke, perdió en su día contra Pablo, el cantante de Los Bracco.
Precisamente Pablo se lanzó a boicotear mi interpretación de ‘Bailar pegados’ repitiéndola inmediatamente después con una notable superioridad técnica, pero también hay que decirlo, con menos pasión. El evento lo había abierto Jon (el ganador del Master of Doom de este año), de nuevo el gran protagonista de la Semana, con una interpretación explosiva de “Number of the Beast” de Iron Maiden, tema que le había supuesto la victoria en el último karaoke. Después probaría suerte con “La bella y la bestia”, a dúo con Joseba Roldán, y “Don’t let me be misunderstood” de Santa Esmeralda. Esto le valió una nueva victoria, pero esta vez ex-aequo con este humilde cronista, que además de cantar a Sergio Dalma me lancé con Victor Manuel y su “Solo pienso en ti”.
Josemi Beltrán, el director de la Semana, también participó a dúo con la presentadora del certamen, Miriam Cabeza. Fernando Iradier hizo de maestro de ceremonias y además tuvo que lanzarse a salvar “Eye of the Tiger” de Survivor; su intervención fue impecable. Uno de los momentos que más animó al público fue el de Ronquete, que se lanzó con Mocedades y su “Eres tú”.
VIERNES
El viernes no tuvimos necesidad de ir a ningún sitio, pues la sesión de Halloween empezaba a las 0:30 y se extendía hasta altas horas de la mañana, con dos películas y algunos cortos. No defraudó la presentación de uno de los cortos, “In Extremis”, por parte de su director, el escocés Gregory Crosbie. Apareció en el escenario visiblemente afectado por algún tipo de sustancia que no le había sentado bien y su discurso fue indescifrable, incluso para la traductora. Llevaba un kilt y pronto descubrimos que nada debajo. Por suerte para vosotros no llegué a grabar el frontal, aunque algo sí que terminó apareciendo en el vídeo.
El concurso de disfraces dejó una final competida entre Pablo Iglesias, ‘la novia de Josemi’ y Pijamaman, que entró repartiendo cerveza y caramelos al público para ganar en populismo al líder de Podemos. Esto, unido a su espectacular pose de súper héroe, le sirvió para proclamarse campeón. Además, es el creador de la frase de la semana, cuando evolucionó el tradicional “¡Imita a Chiquito!” para lanzárselo al director francés Julien Maury como “Imité le Chiquité!”.
Después, la película japonesa “Gun Woman” resultó ser un desastre que provocó la habitual estampida al bar. Una vez más, lo interesante no se cocía en la sala, sino fuera, en el bar, con un griterío que no parecía importar a nadie.
SÁBADO
Y llegó el último día. El concurso había acabado y la ganadora fue -como vaticiné antes de empezar la Semana- “Lo que hacemos en las sombras”, una resultona comedia vampírica en formato de falso documental. A pesar de la sana rivalidad habitual con Sitges, lo cierto es que coincidimos con el premio del público. Algunos de los ganadores de los cortos hicieron su aparición en el escenario. Uno de ellos, “Medusa”, lo ganaron Áxel Casas y Ronquete.
Todo terminó en la fiesta de clausura en Bataplán, a la que estábamos invitados todos los abonados, y que fue ambientada con algunos personajes de Star Wars. En un lugar poco habitual para la mayoría de los asistentes, aprovechamos para comentar la Semana con su director y con algunos de los cineastas que se encontraban por allí, mientras servían una comida que esta vez no estaba compuesta ni por ojos, ni por dedos ni por dientes; sino, por fin, por croquetas, ajoarriero y otros pintxos mucho menos terroríficos y bastante más ricos.
Deseando la siguiente edición.
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