Ha sido un fin de semana muy loco. Cerca de 20 conciertos, cada grupo de su padre y de su madre, mucha gente y mucha diversión. La tercera edición del Lurrazpiko Festa se ha superado así mismo. En tamaño y calidad. En desmadre. Empezamos el viernes 30 a las diez de la noche en Dabadaba y la fiesta concluyó bien entrada la madrugada en Gasteszena, que por primera vez en la historia del festival acogía conciertos simultáneos en dos escenarios. Como un Primavera Sound txiki.
Estamos ante la consolidación de una fórmula (grupos emergentes + eclecticismo) que no es nueva pero que ha calado muy hondo. Hemos tenido conciertos de todo tipo (rock and roll, pop, indie, punk, garaje, ¡hasta jotas castellanas!) y un largo listado que si hubiéramos estado en una plaza de toros habrían salido a hombros: Biznaga, Pablo Und Destruktion, Los hermanos Cubero, El Último Vecino, Discípulos de Dionisos, Los Chicos, Joe Crepúsculo… A continuación, la crónica fotográfica más o menos en orden cronológico de Lorena Otero.
Los franceses Balladurians son un dúo de garaje. Los primeros en tocar. Y vinieron con sus hijas:
Luego llegó el turno de los jóvenes Beach Beach. Pop de guitarras muy bien hecho:
Y con Biznaga, además del punk, llegó la fiesta tropical. El backstage on fire:
El sábado subimos las cuestas de Egia hasta Gasteszena. Como novedad, este año pusieron comida:
Hubo gente que vino desde otras ciudades. Rostros nuevos. Y también la gente de siempre, empezando por el pop donostiarra:
Gerardo, uno de los gemelos de Los Chicos, que tocaron a las dos de la mañana. ¿O es el otro?
Los Chicos y Discípulos de Dionisos. Amigos fuera del escenario y liándola parda dentro. A tope con el porno-punk-rock:
En el escenario se está mejor:
Alaska y los… rockers:
Fin de fiesta. Agur desmadre:
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