Un hito. Un antes y un después. Única. La coreógrafa más importante que viene al Kursaal tras Maurice Béjart en el año 2000. El programador de Kursaal Eszena, José Antonio Echenique, se muestra absolutamente entusiasmado con el desembarco en Donostia de la alemana Sasha Waltz y su Sasha Waltz & Guests, la formación de danza contemporánea «más prestigiosa» de Europa que el próximo lunes 14 de marzo (20:00 horas) presenta le espectáculo Sacre en el Kursaal. El programa se compone de tres piezas en las que destaca una «revolucionaria» adaptación de la ya de por sí rompedora La consagración de la Primavera, creada por Vaslav Nijinsky e Igor Stravinsky en 1913. Es muy conocido el revuelo que se armó el día de su estreno en el patio de butacas del Teatro de los Campos Eliseos de París cuando una parte de la audiencia se reveló, ofendida, por el tono vanguardista y moderno de la función. Otros aplaudieron. No todos estaban preparados para semejante dosis de modernidad.
«Hubo una batalla campal y dicen que hasta llegaron a las manos debido al grado de excitación de la gente», cuenta Echenique. Coincidiendo con el centenario de la partitura, Waltz estrenó su particular visión de La consagración de la primavera en 2013 después del encargo que recibió del Ballet del Teatro Mariinsky. Y obtuvo un rotundo éxito tras una ardua preparación que requería estar a la altura de la leyenda. Según ha asegurado la creadora alemana, ella y sus Invitados -en el Kursaal el equipo técnico y artístico se compondrá de unas 60 personas- fueron en su día al museo Victoria & Albert de Londres «para ver los trajes originales que se conservan y conocer a fondo el montaje original».
«Su versión es un canto a la vida, algo salvaje, pagano, extraordinario…», describe apasionadamente Echenique sobre los 40 minutos que dura la obra y que tiene como eje principal la naturaleza, los ritos asociados a ella y una mujer como víctima del sacrificio. «Los grandes coreógrafos han dejado siempre una huella en torno a esta pieza», entre ellas, la también alemana Pina Bausch, a la que Waltz, varias generaciones más joven (nació en Karlsruhe en 1963), ha sido señalada como su heredera natural aportando, matiza Echenique, su «sello personal y originalidad».
El programa incluye dos coreografías más: «La siesta de un fauno«, sobre la música de Claude Debussy, y que tiene un tono más intimista; y una escena de amor de “Romeo y Julieta”, un guiño que Sasha dedica a William Shakespeare en la conmemoración del 400 aniversario de su muerte en 1616. Si el espectáculo de Sasha Waltz & Guests fuera un menú, sería comparable a «un banquete a lo grande con el que puede disfrutar todo tipo de público».
Enmarcado dentro de la línea Conversaciones de DSS2016, la contratación se cerró hace unos dos años gracias a la intermediación de un coreógrafo de Legazpia llamado Juan Kruz Díaz de Garaio, que pertenece a la compañía, y logró facilitar el acceso a la creadora alemana. «Hizo de puente con nosotros», confirma Echenique. Las entradas cuestan entre 23 y 45 euros y 3 euros si eres menor de 30 años con el descuento de Ordu Gaztea. La tarifa de precios es muy inferior, por ejemplo, al que ofrece el Teatro Real de Madrid por la misma función estos días, con precios que oscilan entre los 46 y 149 euros.
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