Hola, me llamo Maialen Beloki y tengo 30 años. Soy profesora de comunicación en la Universidad de Mondragón y en 2010 me incorporé al equipo del Festival de Cine de San Sebastián. Desde el año pasado soy miembro del Comité de Dirección. También soy coautora -junto con José Luis Rebordinos, entre otros- de un libro sobre Antxon Eceiza, “Cine, Existencialismo y Dialéctica».
¿Ser miembro del Comité de Dirección del Festival de San Sebastián te convierte en algo así como en la mano derecha de José Luis Rebordinos?
El Comité de Dirección del Festival de San Sebastián está compuesto por siete personas, por lo que José Luis Rebordinos tiene multitud de manos derechas… Yo soy la recién llegada y, sinceramente, sobre todo, estoy aprendiendo de mis compañeros tanto de los Comités de Selección y Dirección, como del resto del equipo humano del Zinemaldia que, la verdad, es espectacular.
¿Es tan fácil trabajar con él como parece?
José Luis es una persona con la que es muy fácil trabajar porque incluye a todo el equipo en un proyecto común y esa es una motivación muy poderosa. Ahora bien, también es un jefe que espera mucho de sus trabajadores, por lo que, ¡trabajamos muy duro!
Dice Carlos Boyero que en comparación a Cannes, Venecia y Berlín, jugáis en «una liga menor pero con pasión de campeones».
El Festival de San Sebastián tiene un presupuesto reducido en comparación con los festivales que mencionas pero, poco a poco, se está posicionando bien en el mapa de festivales, tanto por la selección de películas, como por las actividades de industria que propone como el Foro de Coproducción Europa-Latinoamericana o Cine en Construcción.
¿El reto del Zinemaldia se ha convertido en sobrevivir al propio éxito del Zinemaldia?
En la sexagésima edición del Festival coincidieron una serie de factores, incluido el propio aniversario del evento, que hicieron que fuera muy espectacular. Pero desde el Comité de Dirección, una vez hecho el análisis de la edición pasada, se mira de inmediato a la futura y, por ello, no sufrimos en exceso con las comparaciones. En realidad, estamos muy contentos con cómo ha discurrido la 61 Edición y ahora ya estamos preparando la siguiente…
¿Qué cosas faltan por pulir? ¿No se vive demasiado a expensas de la estrella de turno?
Siempre hay multitud de cosas por pulir; a pesar de intentar cerrar todos lo detalles y de tenerlo todo previsto, también se aprende del ensayo-error. Tener estrellas de cine en San Sebastián da espectacularidad y visibilidad y, también es parte de un festival internacional, pero, desde mi punto de vista, hay otros muchos aspectos que también lo son, como fortalecer todas las actividades destinadas a la industria cinematográfica o intentar contar con una selección atractiva que satisfaga a distintos tipos de público, prensa general y especializada, española y extranjera… Lo que quiero decir, es que los frentes abiertos son muchos y que, desde el Festival, debemos atender todos.
¿Es verdad que en un fin de semana has llegado a ver hasta 20 películas?
No recuerdo exactamente la cifra de películas que he podido llegar a ver durante un fin de semana pero, desde luego, han sido muchísimas…
Más allá del trajín festivalero, ¿cómo es un día normal en la oficina del Festival?
El día a día de la oficina varía mucho en función de la estación y del Departamento en el que uno trabaje. Personalmente, en otoño-invierno un día de oficina es más relajado, aunque siempre hay trabajo que hacer, y a partir de primavera todo se convierte en una pequeña locura con muchas películas para ver y eventos cuya producción hay que ir cerrando.
¿Si Antxon Eceiza estuviera vivo qué película le hubiera fascinado en esta última edición?
Esta es una pregunta muy compleja de contestar debido a mi escasa dote adivinatoria… Creo que hubiera habido varias películas que le hubieran interesado, incluyendo la Concha de Oro, “Pelo Malo”. Pero, sobre todo, hubiera disfrutado, como todo los años, del ambiente cinematográfico y de las interminables tertulias de cine con conocidos y amigos.
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