Donostia es una ciudad pequeña donde todo el mundo se conoce y donde todo se descubre en un primer vistazo. ¿Todo? Hay rincones poco transitados por los turistas -y muchos donostiarras- que son imprescindibles por su innegable encanto y belleza objetiva. Lugares más o menos ocultos que merece la pena visitar y que, sin ir más lejos, la próxima edición de Olatu Talka se encargará de descubrir. Mientras llegan esos últimos días de mayo, propongo un ejercicio parecido con aquellos bares que salen de la nada y te los encuentras en el momento y lugar más inesperados. Algunos de ellos son conocidos por el gran público, otros un pequeño misterio, prácticamente un rincón de culto para sus clientes.
El BAR SAN MARCIAL (ALUSTIZA) de la céntrica calle San Marcial pertenece sin duda al primer grupo. No deja de tener un acceso peculiar, muy curioso: hay que atravesar la entrada de un portal antes de descender por sus escaleras. El bar es un bajo, el sótano del edificio. De no ser por el cartel que cuelga en el exterior de la calle no nos daríamos ni cuenta de su existencia. Por cierto, es uno de los pocos bares que se conoce por el nombre de su pintxo estrella, Gavilla: una hermosa croqueta de jamón y queso bañada en bechamel. Un must en cualquier ruta de pintxos.
Si el BAR ZAMORA llega a estar en el centro sería tan socorrido como EL BOTÁNICA del paseo Árbol de Gernika, otro bar ubicado en un sitio tan insospechado como la planta baja de un edificio con jardín mirando al río. Parece la casa de un particular, pero la antigua Casa del Pueblo del Partido Socialista es una encantadora cafetería de aire vintage que siempre está atestada de gente. Al Zamora, en cambio, cuesta lo suyo llegar, medio escondido como está entre el reloj de Ategorrieta y las faldas de Ulía. Dejamos atrás el frontón del paseo Gardoki, veremos en lo alto del camino una terraza rodeada de setos y con árboles en su interior. Es bien bonito. Y sus raciones merecen mucho la pena.
Hay calles que están a un palmo de nuestras narices y no nos damos ni cuenta. Los más canallas conocen de sobra el after Circus de la calle de la Salud de Amara Viejo, en la misma trasera de la plaza de Easo. Para otros muchos es una gran desconocida. Justo al lado del Circus se encuentra el BAR LAU donde puedes tomarte unas bravas por 2 euros y bocadillos de todo tipo por 3,50. El trato es exquisito y de las paredes cuelgan cuadros alegres y coloristas. Prácticamente en pleno centro de la ciudad. Un chollo.
A pocos metros, encajonado en un frontón, llegamos a la nueva sede de la librería-laboratorio de ideas KAXILDA. Este espacio cuenta además con un restaurante, cómo no podía ser de otra manera, de comida vegetariana y vegana. El menú cuesta 15 euros y los platos 10. Fuera hay una estrecha terraza pegada al frontón. Dentro comes rodeado de un mar de libros. Esto sí que es un descubrimiento.
Este recorrido termina en Gros, a la altura del apeadero de Renfe. El IKATZA está arrinconado debajo de las escaleras que conducen al andén y funciona como el bar que nunca tuvo la estación. En la calle paralela -Corta o Laburra, en euskera- está el restaurante ecológico TEDONE, ¡número 5 de todos los restaurantes de la ciudad en la lista popular de Trip Advisor! Ciertamente no es para tanto, aunque cuenta con un menú del día muy agradable por 16 euros donde puedes comer cuscús, cremas de verduras, lasañas, pescado… Y entre el Tedone y el bar Iparra, en la calle Iztueta 11, hay un bar que se llama EL CALLEJÓN, un nombre que le viene al pelo.
4 Comentarios
Una pena el reciente cierre del Zamora. Nos venía de perlas a los chicos del KZ
¡Está cerca de mi casa y ya he visto que lo han cerrado! ;(
Cerraron?
ahora esta abierto no?
sabeis que tal esta?
muchas gracias
Yo no he tenido una buena experiencia, la verdad. Han cambiado de rumbo. Lo explicábamos aquí: http://www.kulturaldia.com/pintxo/otros-bares-que-molaban-y-acabaron-cerrando/