Quizá su nombre te suena por haberlo leído en la firma de muchísimos artículos, buena parte de ellos sobre la actualidad cultural donostiarra. Pero antes de empezar Ruth nos advierte que cada vez que le preguntan “quién es” se acuerda de Samuel Beckett, al que una vez preguntaron si era Samuel Beckett y contestó: “a veces”.
Periodista vocacional, Ruth ejerció durante doce años en periódicos de San Sebastián, Madrid, Bilbao y Vitoria. “Los más importantes los pasé en la sección de Cultura de Noticias de Gipuzkoa”, dice. Hasta que hace dos años un ERE y una carambola le llevaron a las oficinas de Donostia 2016, donde se dedica a sacar adelante proyectos culturales, algunos vinculados a la literatura y la lectura.
“Paperezko lagunak / Amigas de papel” es otra de las aventuras en las que participa Ruth, gracias a los inquietos amigos de Garoa.
¿Qué es “Amigas de Papel”?
En Zarautz empezó hace tres años y lo dirige formidablemente Patricia Gete, en Gros empezó desde que abrió la librería, hace un año. En Garoa dicen que los clubes de lectura son lo más parecido a sus buques insignia y a partir de ahí han ido desarrollando el resto de ciclos “Paperezko“: música, teatro y cine.
¿Cómo funciona?
El funcionamiento es muy sencillo. Nos reunimos una vez al mes, un grupo de entre ocho y doce personas, de entre 25 y 55 años. Diría que pertenecemos a galaxias distintas y que nos vincula el placer de la lectura, eso me encanta. Profesiones, formas de vida y gustos distintos: tenemos partidarios y detractores de Amélie Nothomb, Jonathan Coe, Michel Houellebecq…
¿Cómo surge la posibilidad de participar en este proyecto?
En julio de 2014, antes de que abriesen la librería, me llamaron para proponérmelo, y como soy una inconsciente, dije que sí. Conocía a Imanol (Agirre) de los Paperezko kontzertuak de Zarautz y a Oier Aranzabal le conozco desde hace años, porque trabajamos juntos en Noticias de Gipuzkoa. Hablábamos mucho de libros y supongo que les encajé.
¿Qué tipo de libros leéis?
Hasta ahora, novelas y relatos. En noviembre nos estrenamos con el cómic. Hay dos criterios básicos: uno profundamente subjetivo (qué nos gusta, nos interesa, nos parece que favorece una buena conversación) y uno más objetivo: la diversidad en tradiciones literarias, estilos, temas…
Entre los libros leídos, ¿cuáles destacarías?
Siempre recomiendo a Jhumpa Lahiri («Tierra desacostumbrada», «La hondonada»). «De vidas ajenas» es uno de mis Carrère favoritos y tengo muy buen recuerdo de la conversación sobre «El olvido que seremos» (Héctor Abad Faciolince).
¿Una sesión o una anécdota que no se te vaya a olvidar?
La sesión de enero se centró en «Monasterio», de Eduardo Halfón. Contactamos con él y, amabilísimo, aceptó hacer un Skype con nosotros. Halfón, además de ser muy buen escritor, ha reflexionado mucho sobre literatura y la charla fue una maravilla. Ese día vi a los “amigos de papel” salir radiantes de Garoa. Es uno de los recuerdos que me guardo para siempre.
Como dinamizadora, ¿qué es lo que más te ha sorprendido?
La fidelidad. A mí me gustaría asistir a más actividades que se organizan en la ciudad pero hay poco tiempo y muchas propuestas para elegir. Hay lectores que no fallan nunca y me parece admirable.
¿Qué te aporta a ti? ¿Y a las personas asistentes?
Una de mis dudas era, precisamente, qué podía aportar yo, que solo soy una lectora más. Y creo que mi manera de afrontarlo ha sido recuperar mis hábitos de periodista: documentarme como lo hacía para preparar una entrevista o escribir un reportaje. Leo más libros del autor o vinculados a esa obra, veo películas… Procuro tener toda la información interesante posible. En ocasiones hay invitados, o música, o fotografía. A mí me aporta compartir un placer que siempre ha sido solitario, compartirlo con personas con las que disfruto y de las que aprendo.
¿Cuál es tu opinión sobre el hecho de que sea una librería quien lo organiza?
Me parece que, en general, las iniciativas privadas a favor de la cultura y, en el caso particular de Garoa, libreros y programadores incansables, son muy importantes para una ciudad y los ciudadanos tenemos que ser conscientes de esa suerte, y valorarlo del modo más práctico posible: acudiendo.
¿Por qué deberíamos ir a la siguiente sesión?
Los que asistimos nos vamos con buen sabor de boca, y no solo por el vino o la cerveza que nos tomamos. Descubrimos libros, extraemos más interpretaciones, prolongamos el placer de la lectura en un ambiente de complicidad.
La próxima sesión será el día 16 de diciembre a las 19.00 horas en la Librería Garoa de Donostia (Zabaleta, 34, en Gros). El libro escogido es La buena letra de Rafael Chirbes. Ruth explica que esta sesión será “un monográfico dedicado a Chirbes”.
2 Comentarios
Buenos días Ruth ; mi mensaje es para saber si eres hermana de Patrícia Perez de Anucita.
Saludos
[…] Kulturaldia: Este post se publicó originalmente el 10/12/15 en Kulturaldia, Donostia culture & fun […]