BARES QUE CONFIRMAN LA REGLA V: DABADABA

En otras ciudades europeas como Berlín, Amsterdam o Estocolmo se ha convertido en una recurrente vía de escape a los bares de toda la vida: lugares de vocación heterogénea donde además de servir bebidas, programar sesiones de dj y conciertos, se encuentran a disposición del cliente discos, exposiciones, ciclos de cine, talleres y otras actividades relacionadas con el ocio y la cultura. En Barcelona y Madrid también se estilan este tipo de locales donde se traspasan las clásicas fronteras comerciales -¿es un bar? ¿Una sala de exposiciones? ¿Una tienda?- aglutinando en un mismo local distintos usos.

Y ya entre nosotros, Dabadaba (Mundaiz, 8) inaugura el concepto de espacio multiusos -amplísimo bar, cafetería, sala de conciertos con capacidad para unas 150-200 personas- que esta noche cumple dos semanas. Para celebrar su nacimiento, la promotora de conciertos y sello Ayo Silver! ha organizado este fin de semana un pequeño festival de bienvenida bajo el título «Aló Dabadaba«. Hoy viernes actúan Siesta, Pan Total y Los Animalitos del Bosque y mañana sábado llega el plato fuerte comandado por las norteamericanas y estrellas de certamen La Luz, Microcosmos y Univers.

Pero ya decimos que la idea de sus responsables, varios amigos de toda la vida que vienen del mundo de la música, es dar un pasó más allá. Charlamos con Álex López-Allende sentados en un comodísimo sofá del que se tiene una visión general de un luminoso local de paredes blancas, que, sin los montones de mesas de billar del viejo Snooker, parece sensiblemente más grande. De momento, hay una barra nada más entrar a la derecha, un bonito escenario adornado con palés de madera al fondo, mobiliario vintage a un lado, un futbolín y una terraza que en días de sol como el de hoy da ganas de quedarse a vivir ahí mismo. «No venimos a rellenar ningún hueco en la ciudad«, subraya Álex antes incluso de lanzar la pregunta. «Surge de querer hacer cosas, de la necesidad, es casi una huida hacia adelante. Para nosotros también es una oportunidad: vimos que el local se alquilaba y como además este lugar ha formado parte de nuestra historia sentimental… todo coge sentido».

«El Dabadaba tiene un perfil distinto, raro: vamos a tener noche y día. Como las cosas que pasan en otros sitios». Y pone como ejemplo la tienda de discos Monorail, propiedad del músico escocés Stephen Pastels. «Cuando he ido a Glasgow me he encontrado con algo así: es tienda de discos, sala de exposiciones, dan comida, conciertos… y no pasa nada». Antes de la conversación, Álex preguntaba a socios y clientes sobre si son más de zumos de fruta o de batidos naturales. División de opiniones. Sebastián Salaberry, otro de los responsables, se percata de los cables que cuelgan de un proyector al que quieren dar uso mientras carga con un pesado mueble. Faltan aspectos por rematar, como apuntalar la acústica del local y rellenar el programa de actividades. El banco de pruebas no ha hecho nada más que arrancar.

Parece que la repostería casera de The Cookie (el pastel de zanahoria es riquísimo) ha empezado con buen pie. Al estar al lado de un puñado de oficinas, como la escuela de español para extranjeros Lacunza, también pueden captar a alumnos de otros países. «Hay un profesor de alemán con mucha onda que ha traído a sus estudiantes post-adolescentes a dar una clase aquí y también han venido yankees de Lacunza, con lo que el sitio coge un punto guiri, internacional, muy chulo».

La música, en cualquier caso, es el elemento central del Dabadaba. En las sesiones de dj caben todo tipo de propuestas con criterio, desde el r&b de los años 50 a la electrónica depurada del colectivo NiMu, y además de los conciertos programados por Ayo Silver! las puertas están abiertas a otras promotoras que ya han mostrado interés en que sus bolos tengan lugar aquí. En la barra del bar tres carteles de grupos indies indican sus preferencias (The Jesus and Mary Chain, The Pastels y Spaceman 3), pero es tan sólo una muestra de una paleta musical absolutamente heterogénea. «Por un lado está nuestro gusto, que es el que es, y ya con 30 años se ha ido ampliando a otros estilos, que es algo en lo que coincidimos todos», culmina Álex.