Toca hacer balance y lo hacemos pasado el ecuador del año. Como siempre, nos centraremos sobre todo en los aspectos relacionados con el ocio, el entretenimiento y la cultura, que son nuestros campos de acción. 6 meses que han dado mucho juego en Donostia.
Proyectos contra viento y marea
No es fácil emprender un proyecto independiente en estos tiempos inciertos. La editorial Expediciones Polares, la fábrica recuperada de Firestone, el Subespacio de la Bretxa, Kaxilda y Undermount, entre otros, tienen mucho mérito. Mantienen viva la llama cultural y alternativa de Donostia.
Cierran bares chulos…
Primero fue el bar Kalima, aunque más tarde reabrió con otros dueños. Lamentablemente, también han cerrado sus puertas el bar Zamora de Ategorrieta y el Staaf en Egia. Eran tres de nuestras paradas favoritas.
…y abren otros que también molan
Íñigo Agote, tras dejar el Kalima, se embarcó en una nueva aventura hostelera de la mano de la cafetería vintage Koh Tao, La Cochinita Pibil, donde sirven una tapa gratis con una consumición. También ha abierto sus puertas el nuevo bar Trueba. Son dos excelentes opciones.
Un año de vida
Cumplen su primer aniversario el laboratorio cultural-librería Garoa, la sala Dabadaba, la terraza Belardi, un sitio tan genial como la panadería The Loaf… Algunos de los proyectos que han revitalizado la ciudad y más allá se han abierto camino y nos alegramos por ello.
Éxito de Olatu Talka
El éxito del festival ciudadano Olatu Talka ha sido tremendo. Aupado por un nuevo equipo en su organización, actividades como el famoso mercadillo de la Concha, el festival folk Basoka y la fiesta alrededor del roller-derby, entre otras, han tenido mucho tirón. Hizo buen tiempo. Y todos contentos.
El rock no había muerto
Por fin estamos disfrutando de nuevos y variados proyectos rockeros (Bullet Proof Lovers, Lie Detectors, Los Bracco, Overloud), notables regresos (Rafael Berrio) y alguna que otra sorpresa como la de los jovenzuelos Albert Cavalier. El rock vuelve a gozar de buena salud en esta ciudad.
Un Burger King en una sala de exposiciones
No andamos especialmente sobrados de galería de arte y salas de exposiciones. Hemos salvado el semestre gracias a las exposiciones temporales del San Telmo y sobre todo, Koldo Mitxelena. Ahora Burger King abrirá su primer establecimiento en la sala de exposiciones del Boulevard, propiedad de la Kutxa, que invertirá sus esfuerzos en un nuevo espacio en Tabakalera.
2016 se abre a la ciudadanía (y encuentra la calma)
Tras un largo periodo de crisis, Donostia 2016 parece que ha encontrado cierta estabilidad bajo la batuta de Pablo Berastegui, su director. Han adelantado parte del programa y han abierto una oficina de información en la planta baja de su sede.
Kresala Zinekluba se muda al Trueba
El histórico cineclub de la ciudad ha cambiado de localización, de la austera sala Arrasate han pasado a la comodidad de la sala 1 del Trueba. Han ganado público, algunos de ellos jóvenes.
El auge de la cerveza artesana
Primero fue el bar Never Stop de Reyes Católicos y luego le han seguido otros muchos como Akerbeltz, Txiki, Drop, Mompas, Scanner, Ezkurra, Essencia Geralds… Todos se han apuntado a la tendencia imparable de las cervezas artesanales.
4 Comentarios
EL Never Stop no empezó con esto de las cervezas, desde hace muchos años que En el bar Etxeberria y también su vecino y hermano defienden las cervezas de calidad, artesanales, de temporada e importación. Además de que en el Never Stop no saben servir una cerveza bien y no hablemos de los precios.
Sí, el Etxeberria y Etxebe txiki llevan años dando buena y variada cerveza. Pero también es verdad que los que entienden de esto señalan al Never Stop como el garito que introdujo las cervezas artesanales -tal y como lo entendemos hoy en día, en el mercado donostiarra. Por cierto, ayer cerró definitivamente…
Otra recomendación: el BAR ATARI de Amara
En Amara, hace ahora un año reabrió sus puertas, con otro dueño, el mítico BAR ATARI, en la esquina de Carlos I con Eustasio Amilibia, emblemático por los troncos para sentarse que posee en el exterior. Desde el principio, el bar destaca por su buen ambiente y porque se come y se bebe muy bien, y a un precio muy, muy bueno. Además de los pintxos, a destacar los generosos zuritos (a 1 euro) y el precio de sus copas.
Al contrario que en otros bares de Donosti donde parece que te perdonan la vida por servirte, PEIBOL, el encargado (realista a rabiar) es amable y ofrece un buen servicio. Un currante.
Además, el Atari tiene una terracita de lujo, cojonuda para tomarse algo cuando el tiempo acompaña. Dentro del bar, la enorme tele es de las mejores de Donosti para ver los partidos de la Real.
¡Merece la pena una visita!
El Bar Zamora reabrio sus puertas el sabado, con un lavado de cara y notablemente mejorado.